La Iglesia Conventual de Ntra. Sra. de las Mercedes de la Villa de Herencia, fundada por Don Juan José de Austria el 13 de noviembre de 1656, forma parte del antiguo convento de frailes mercedarios descalzos. Su construcción sigue los planteamientos del arte barroco español. El templo se ciñe a la tipología jesuítica, cercano morfológica y conceptualmente, a San Juan Bautista de Toledo. Destaca su fachada principal, en ella alterna el ladrillo con la piedra. Se compone de un diseño vertical, formado por tres cuerpos, el primero es un arco tripartito, sobre él está el escudo de Don Juan José de Austria, más arriba una hornacina, con la Virgen de la Merced, rematada con una cruz; y siguiendo el eje de simetría un gran ventanal que ilumina el coro, culmina todo un frontón triangular con óculo. Un par de torres gemelas flanquean su entrada y articulan la fachada. Destaca la cúpula octogonal sobre tambor donde se alternan las ventanas vanas con las ciegas. El interior posee tres naves, con bóveda de cañón la central y de aristas en las laterales. La guerra de 1936 arrasó sus retablos e imágenes. Asolada, casi en su totalidad, en la postguerra hubo reponer casi todo. La mayor parte de los retablos fueron encargados a afamados talleres de Santiago de Compostela, en Galicia. Retablos en madera natural policromados posteriormente por el pintor Don José Higueras, en el año 2001 y siguientes.
En la nave central y elevando la vista hacia la entrada de la Iglesia nos encontramos el coro y los corillos. En el coro se conserva la sillería de madera, es la primitiva, original de los mercedarios descalzos, adornada con interesantes escudos de la Merced. Sin duda lo más valioso de la zona del coro es el órgano tubular, obra meritoria de los maestros organeros Rafael Puignau y Fermín Olaciregui, de Azpeitia (Guipúzcoa), inaugurado y bendecido el 4 de noviembre de 1928, a las 10 de la mañana, por el Rdo. P. Comendador, Fr. Fernando Díez, con la Misa Solemne de Maestro Perosi, cantada a tres voces y dirigida por Don Bernardo de Gabiola, profesor de órgano del Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid; acompañando al órgano el P. José Miguélez, distinguido músico mercedario, Maestro de Capilla de la Iglesia de la “Buena Dicha” de Madrid. Siguiendo con el análisis histórico y recopilando la información contenida en el Archivo Municipal del Ayuntamiento de Herencia, podemos hacer mención de un documento, con fecha 26 de Octubre de 1929, en el que se trata de una petición de subvención de 1000 pesetas por parte del comendador del convento mercedario, Fr. Fernando Díez, al Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Herencia, Nicomedes Montes Montes. En él se alude a la necesidad de acudir a la caridad municipal para poder sufragar parte de los gastos de un órgano “que estuviese a la altura de la ferviente devoción que esta villa profesa a su excelsa Madre y Patrona, la Stma. Virgen de la Merced”. Según las Actas de la Comisión Permanente esta petición fue desestimada el 23 de junio de 1930 siendo Alcalde Marcelino Rodríguez Rodríguez puesto que “no habría posibilidad de justificar la inversión de esa cantidad”. Desconocemos que pasó posteriormente.
En estos momentos se plantea la posible restauración del órgano, por parte de Eduardo Briviesca, constructor y restaurador de órganos, bajo los auspicios del Excelentísimo Ayuntamiento de Herencia. Se pretende que este rico patrimonio sonoro de la Villa, hoy mudo, vuelva a sonar con toda su fuerza y esplendor, recobrando vida a través de posibles conciertos de órgano y de otras actividades que contribuyan a crear un clima favorable a la cultura musical.
El órgano tubular de la Iglesia Conventual de Ntra. Sra. de las Mercedes, objeto de estudio de este informe, destaca por tener diferentes orígenes en su composición estructural; por un lado, observamos que algunos registros son de manufactura francesa del primer tercio del siglo XX. Otros, de manufactura alemana y también podemos observar los de manufactura española. En su estado completo debe tener 750 tubos aproximadamente, en sus 14 registros, distribuidos en dos teclados y una pedalera. Aunque abandonado y muy sucio por sus interiores, en general cuenta con flautería interior de buena calidad, y buen porcentaje de estaño, lo que nos avisa del buen sonido que debe producir el órgano. Algunos tubos se encuentran golpeados, abollados y faltan aproximadamente unos doce, pero a pesar de esto su tracción neumática no ha sido modificada y así lo evidencia el estado casi intacto de sus mecanismos y ductos de viento. La consola tiene dos teclados manuales y una pedalera, ambos completos, así como las plaquetas de registros y botones de combinaciones, éstos tienen la particularidad de multiplicar las posibilidades sonoras aún con los mismos registros que posee el órgano. En resumen, es como si el órgano en vez de tener dos teclados tuviera tres o cuatro.
En lo referido al mecanismo del órgano, podemos hacer las siguientes valoraciones: el fuelle principal o depósito del órgano conserva su suministro mecánico de viento en sus dos bombas. Tiene otros dos fuelles o depósitos que corresponden a cada uno de los teclados. La parte de madera de los fuelles se encuentran sanas y en buenas condiciones, pero no ocurre lo mismo con la piel, material necesario para que articule y hermetice el aire, por lo tanto la piel habrá de sustituirse en los tres fuelles y en las dos bombas. Al fuelle principal se le adaptó en décadas pasadas un motoventilador el cual ya es inservible por ser tan antiguo y quedar obsoleto. Hoy en día se utilizan motoventiladores construidos especialmente para órganos, más compactos, de alto rendimiento, de bajo mantenimiento, mayor durabilidad y silenciosos. La limpieza total previa al hacer el desmontaje del instrumento es de esencial importancia para retirar el polvo, tierra, piedras y objetos ajenos al órgano. La caja de válvulas, también conocida como “los secretos”, habrá de ser desmontada para reparar y sustituir las piezas deterioradas de piel y fieltro que funcionan a modo de válvulas de aire (aproximadamente 2500 piezas). Toda la tubería neumática habrá de ser revisada y sopleteada con aire a presión, para evitar obstrucciones en ellas.
Algunas líneas, en los puntos de estrangulamiento se sustituirían por tubos del diámetro correspondiente. La consola de teclados habrá de ser desmontada, se restaurarán las partes de piel y fieltro y se repararán las funciones de combinaciones y enganches, así como el sistema de crescendo. También los teclados manuales y la pedalera serán ajustados para eliminar la holgura y los ruidos. La fachada, parte correspondiente a los tubos del órgano se desmontará para limpiarse y algunos tubos, menos de diez, serán reparados. Se repintarán pues éstos son de zinc, metal que para ofrecer un mejor impacto visual son pintados con pintura metálica. Los tubos internos del instrumento se desmontarán y sopletearán con aire a presión. Se tendrán que reparar alrededor de 40 tubos dañados y se construirán los 10 tubos que faltan. Al finalizar los trabajos ya mencionados se concluye con la afinación total del instrumento y pruebas finales de funcionamiento. Es vital para un instrumento musical de estas cualidades su uso regular, ya que de ello depende que siempre esté en forma sin descuidar su mantenimiento periódico. Este se debe realizar de 1 a 3 veces al año, que es el mínimo y máximo para un órgano de tubos, y consta de limpieza, afinación y ajustes generales. No se recomienda la modificación del sistema de tracción del órgano de neumático a eléctrico pues así se conserva en su máxima originalidad, evitando múltiples fallas posteriores, lo que repercute en gastos continuos.
Otro aspecto interesante de este informe técnico-artístico es sin duda el mueble fachada del órgano que actualmente presenta una estética poco armónica con el mobiliario y equipamiento del templo. La idea es integrar en el sobrio pero bello instrumento colores, texturas y acabados similares, partiendo de una decoración que armonice con los retablos del templo. La pintura marrón que tiene la caja del órgano, servirá como base para el repintado y decorado. Algunas molduras y filetes serían doradas con pan de oro en la técnica al agua. El resto de los cuarterones del mueble se pintarán en armonía con los colores predominantes de los retablos: bermellón, oro y verde. La decoración se realizará en la fachada principal, pedestal y sus costados, izquierdo y derecho, añadiéndose el escudo mercedario, policromado y decorado, como coronación de la caja del órgano, enfatizándose así la importancia histórica de la Orden de la Merced en todo el conjunto de la Iglesia Conventual. Por último apuntar que la consola se retocará, en acabado transparente, dejando ver su aspecto de madera natural para conseguir la máxima integración entre el órgano y la sillería existente en el coro.
Artículo públicado en PASOS DE ARTE Y CULTURA, marzo 2008.