De todos es sabido la colaboración de la Facultad de Magisterio de Ciudad Real, así como de la Excma. Diputación con los proyéctos educativos del pueblo Saharaui. Un año más, gracias al esfuerzo de muchas organizaciones y personas anómimas este hecho ha podido hacerse realidad, siendo en esta ocasión, una herenciana, Mercedes Romero, una de las coordinadoras que acudieron a Tindouf para hacerlo realidad. He aquí su testimonio, y nuestro más profundo agradecimeinto:
“Viento, arena, frío, calor, sueños rotos…”.
Ya son seis los proyectos educativos que la Facultad de Magisterio de Ciudad Real, en colaboración con la Excelentísima Diputación de la misma provincia, la asociación de amigos del pueblo saharaui Madraza y el gobierno saharaui, ha llevado a cabo en los campamentos de refugiados saharauis en Tindouf. Seis promociones que han tenido el honor de compartir unos días con familias saharauis y el inmenso placer de impartir clase en sus escuelas durante dos semanas. Son también varias las herencianas que han participado en este proyecto en diferentes años y colaboran desde entonces con este pueblo.
La última expedición llegó hace unos días.
Salíamos el 14 de Febrero de la Terminal 4 de Barajas, impacientes, deseosos, temerosos, por qué no decirlo, pero lo suficientemente emocionados como para lanzarse con ojos cerrados a un mundo que sin quererlo, ya se ha hecho un hueco en nuestras vidas.
Cargados con material escolar, material comprado con los fondos recogidos de mil actividades en diferentes pueblos de la provincia, como fue el festival Sahara´s Friends en Herencia, llegamos a El Aaiún, unos de los varios campamentos que existen en la zona. Nos acogieron familias saharauis en sus jaimas, nos trataron mejor de lo que nunca podríamos imaginar, pues la hospitalidad es característica especial de este pueblo.
Trabajamos durante días en las escuelas, aportando no sólo una pedagogía diferente, nuevos recursos metodológicos o actividades alternativas, sino también un soplo de vida, de aire nuevo, de noticias y de espíritus dispuestos a absorber todo cuanto fuera posible. De esta manera se fue dando forma a un proyecto educativo, a un intercambio cultural con esfuerzo e ilusión.
Así conocimos que a la espera de una posibilidad que les de la oportunidad de elegir su futuro democráticamente, el pueblo saharaui sigue malviviendo, unos gracias a la ayuda humanitaria de la comunidad internacional en los campamentos de refugiados de Tindouf (Argelia), y otros sufriendo los abusos del gobierno marroquí en los territorios del Sahara Occidental que hace 33 años ocuparon ante la mirada indiferente del gobierno español, que por entonces y hasta ahora es la potencia administradora del territorio. Y a pesar de las heridas, del sufrimiento, de la opresión y la violación a sus derechos, encontramos a un pueblo que espera dignamente, sin lamentaciones, en lo más duro del desierto argelino. Un pueblo que distingue a los españoles de su gobierno; una gente que no tiene nada y lo poco que tienen lo ofrecen. Una comunidad que no quiere más ayuda que la de propagar su voz con nuestro eco, hacerse escuchar y hacerse sentir.
Y es el compromiso que aceptamos quienes hemos vivido de cerca esa situación, que sin llegar nunca a sentirla (porque necesitaríamos 33 años para hacerlo) nos sentimos sensibilizados y dispuestos a echar una mano.
Así que, aquí inmortalizamos un resquicio de lo que debe ser nuestro compromiso, aquí condenamos públicamente la situación en la que viven, pedimos responsabilidades, coherencia y sensibilidad a nuestros gobernantes y ante todo damos las gracias por hacernos crecer como personas, por enseñarnos sin darse cuenta que la vida es tan compleja, es tan difícil, que tenemos que aprender a relativizar nuestros problemas, que debemos luchar por lo que creemos justo y que bajo un prisma democrático hay que intentar solucionar los problemas.
Marchamos pensando dejar muchas cosas sin saber que al regreso cargaríamos con muchas más.
Gracias amigos y buena suerte.
Fuente: Merce Romero.