Hace unos días que José María Fernández de la Puebla acudió a charlar con los jóvenes de la nueva liga creada especialmente para ellos, la Liga de las «Pequeñas Promesas». Aquí os dejamos la información aparecida en la web de la liga sobre esta visita y alguna fotografía.
José María Fernández de la Puebla…
¿Oye José María, sigues enfadado?, Emm, bueno enfadado no…, más bien “de Morros”.
Con la presencia y actitud inconfundible de D. José María Fernández de la Puebla fueron premiados los niños que participan en el campeonato de fútbol sala “pequeñas promesas.”
Alrededor de las 10:00 de la mañana eran en el polideportivo municipal cuando los niños se concentraban en una de las pistas en torno a este señor desconocido para muchos de ellos.
Una vez presentado, empezó su charla diciendo que la edad es lo menos importante y que no obstante aunque posiblemente fuera ya algo mayor iba a ver si sacaba algo de tiempo para volver.
Le habló a los niños de los principales valores que deben imperar en un deportista por encima de todo. Habló de cuál debe ser su comportamiento con el resto de compañeros, con el entrenador, con los padres, con las instalaciones deportivas, con los columpios del parque, con los profesores, con los estudios.
Se dirigió con sus palabras también a las personas que en ese momento acompañaban a José María entre otros Catrana, Callejas, Ceci, a los padres presentes, entrenadores.
“Puede un árbol ser el más fuerte y el mejor del parque pero si no da frutos ese árbol no es bueno”
El deportista debe saber anteponer otras cuestiones y actividades cuando tiene que cumplir con el deporte.
Recordó algunas anécdotas ocurridas en los vestuarios por su mala utilización. “Me rompieron las gafas y tuve que hacerme unas nuevas”.
“He tenido una deuda con mi familia durante más de 30 años”. Así comenzaba Morros su argumento para decirles a los niños que si en algún momento había que incluso comer menos o hasta no comer, era una obligación del deportista fundamentalmente por respeto al resto de compañeros y entrenador.
Y es que si llegábamos al campo y estaba sin marcar (que por entonces no había carretilla), el encuentro no se podía disputar.
Respeto, colaboración, educación y otros muchos valores fundamentales de las personas que Morros vino a reivindicar en los niños que este momento le escuchaban.
La visita fue muy emotiva y estuvo promovida por la organización con el objetivo de que los niños que no han tenido la oportunidad de disfrutar de Morros, al menos conozcan quién es esa persona que dará nombre a nuestro nuevo campo de fútbol y le conozcan algo mejor.
fuente: jovenesxherencia