Entrevista a Laura Díaz-Pavón, presidenta de la asociación de Amigos del Vino de Herencia

Entrevista a Laura Díaz-Pavón, presidenta de la asociación de Amigos del Vino de Herencia

Laura Díaz-Pavón, presidenta de la asociación de "Amigos del Vino de Herencia"

“El Concurso es, este año, un reto medieval, pero será un éxito como las demás ediciones”

Laura Díaz-Pavón, presidenta de la asociación de "Amigos del Vino de Herencia"
Laura Díaz-Pavón, presidenta de la asociación de «Amigos del Vino de Herencia»

El próximo fin de semana arranca el tercer Concurso de Vinos y Tapas organizado por la Asociación “Amigos del Vino” de Herencia. Sin duda, todo un reto y una prueba de valor infundir la cultura enológica en la sociedad actual. Laura Díaz-Pavón, la Presidenta de la Asociación, nos muestra no sólo todo el arsenal preparado para tal cita, sino un cúmulo de sentimientos y vivencias en torno al vino que han marcado su trayectoria asociativa y personal.

Se trata de la tercera edición del Concurso de Vinos y tapas, sin duda una idea llena de valor y compromiso. O simplemente amor al vino. ¿Cómo afrontáis desde la Asociación esta edición?

La primera edición fue hace ya tres años, pensamos que no iba a tener éxito porque era un hecho novedoso en la localidad, incluso los mismos bares y restaurantes que participaron no creían que iba a funcionar pero se decidió salir adelante y fue un éxito rotundo. Fue fantástico. El año pasado se incluyeron hasta nueve bares y fue de nuevo una experiencia maravillosa. Este año son trece los bares que participan y esperemos que se complete la ruta ya que se sortea un viaje para los amantes del vino que logren completarla.

Supongo que el trabajo tiene su recompensa, pero hasta que ésta última llega la actividad es inmensa, ¿cuántos meses lleváis pensando en lo que el fin de semana próximo explotará como Concurso?

Desde que acabó la última edición el pasado año. Desde que termina una ruta pensamos lo que ha fallado, lo que se puede mejorar…porque esta es la principal actividad de la asociación junto a la fiesta de la vendimia, que también fue un éxito rotundo y que esperamos que vuelva a repetirse la próxima Feria.

Además, con la novedad en que parte de esas degustaciones serán “Tapas Medievales”. Se trata de un punto innovador no sólo en relación a otras ediciones sino respecto de otros concursos…

Exacto. Como este año celebramos el 775 Aniversario de la carta puebla de Herencia, el Ayuntamiento ha querido que entrásemos en una ruta medieval para retomar costumbres de aquellos años. Las tapas están compuestas por ingredientes medievales: por ejemplo no puede utilizarse la patata para elaborarlos. Este año, el Concurso es un reto medieval, pero seguro que será un éxito y todo saldrá bien.

A partir de esta actividad, que es vuestro epicentro a lo largo de todo el año, organizáis todas las demás, ¿qué otro tipo de propuestas tenéis preparadas próximamente?

Tenemos, a corto plazo, el curso de cata, que este año no va a ser iniciación, puesto que ya llevamos dos cursos de este tipo. Así, reuniremos a los participantes en los mismos y podremos adentrarnos más de lleno en la enología. Otra actividad a corto plazo y que está abierta a todos es un viaje enológico.

Entramos ahora en una parte un punto más personal de la entrevista, marcado sobre todo por tu joven pero intensa trayectoria en el mundo de la enología. En primer lugar, ¿cuándo fue la primera ocasión en que tuviste la oportunidad de acercarte a este mundo desde un aspecto más serio, más profundo?

Desde que era una niña tenía claro lo que quería ser, tenía claros los objetivos donde llegar y por supuesto no los tengo cumplidos. Fue relativamente pronto. Lo aprendí de mi padre y de mi abuelo. Me empezaba a gustar la viticultura, me empezaba a gustar ir al campo y desde entonces me gusta el mundo del vino.

¿Puede decirse que tu vocación es de “pura cepa”?

Por supuesto.

Hace poco tu hermano afirmaba en otra entrevista querer formar un proyecto de futuro contigo…coméntanos ahora tu parte sobre esta joven iniciativa que pretendéis desarrollar.

Es algo que ojala y no se quede en el tintero, porque pienso que las cosas no siempre van a estar como ahora. Pero a medio plazo es el tiempo en el que juntos pudiésemos empezar ese futuro que nos arraiga tanto a los dos y ojala pudiéramos acompañar el proceso del vino desde que comienza el ciclo vegetativo de la vid con el lloro hasta que llenemos una copa de vino.

También a través de sus respuestas nos acercó el día a día del enólogo, ahora dime tú, ¿con qué parte te quedas?

Sin duda con la época de la vendimia. Es cuando más trabajo tenemos, pero es el trabajo más bonito de un enólogo. Es como un medico que cura a un paciente, y este puede hablarle diciéndole lo que le duele, pero nosotros tenemos un paciente que no nos habla. Por eso en vendimia es el momento cumbre en el que estamos en la UVI y tenemos que sacarlo adelante como sea. Entonces el trabajo mejor recompensado llega en diciembre cuando tenemos una copa de vino y la compartimos con la familia y los amigos.

Tú fuiste testigo directo de la enorme campaña del pasado año, ¿cómo la calificarías? ¿crees que hay solución viable, hoy día, a una suma razonada con calidad en la misma?

La calificaría de histórica, porque soy una persona que me dejo aconsejar mucho de las personas mayores porque “no son gañanes”, tienen cultura y son nuestras raíces. Hablando con ellos durante la campaña decían que esto era histórico, que nunca lo habían visto, y he vivido esa campaña viendo cómo el mosto se convertía en vino y veía a los agricultores con una enorme sonrisa porque veían recompensado su trabajo.

Respecto a la cantidad y calidad, creo que están reñidas. Pero no sólo el vino es la solución, sino también puede producirse mostos parcialmente fermentados, es decir, destinar el fruto de la uva a otros subproductos a parte del vino, como mistelas, arropes,…productos antiguos que están en desuso.

¿Cuál consideras principal problema, hoy día, para el agricultor vinícola de a pie en la Mancha?

Es que el agricultor quiere cantidad y calidad, y eso es tremendamente difícil. Cuando a  un agricultor le dices que a una cepa de quince kilos le tienes que quitar racimos en verde se pone nervioso porque piensa que va a perder y así no es, al contrario, los racimos que quedan cogen más calidad y se pueden elaborar productos muy interesantes.

¿Cómo es tratada la mujer en el mundo del vino?

Mi experiencia en el mundo del vino no es desfavorable: personalmente no me puedo quejar, pero sí es cierto que la enología en general es un mundo machista. La mayoría de componentes de una cata son hombres, pero en este mundo se está igualando tanto la presencia de las mujeres como de los hombres e incluso en las bodegas donde hay chicas salen productos muy diferentes.

Por último, ¿cuál sería su vino y por qué, cuál sería tu elegido, qué tipo de vino y por qué?

Yo mantendría el nombre de Bocon, pero le añadiría esencia. Esencia de una raíces arraigadas, e incorporándole ese nombre pienso que existe algo diferente a otras personas que defienden su vino pero que nosotros –por su hermano- no sólo tenemos un proyecto de futuro sino que nos recuerda mucho a nuestros antepasados y a todo el trabajo que han puesto en nuestra vides. Por eso cuando nosotros vamos al paraje de nuestras viñas es un sitio que huele diferente y esos vinos son diferentes, porque si esas tierras y vides hablaran nos contarían lo que nuestros antepasados han trabajado ahí.

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