El Área Integrada de Albacete ha acogido un ciclo de seminarios de Investigación en Biomedicina que realiza en colaboración con el Instituto Roche, el Instituto de Investigación de Enfermedades Neurológicas (IDINE) y la Facultad de Medicina de Albacete.
En el mismo se contó con la presencia de José María Moraleda, natural de Herencia (Ciudad Real) y catedrático de Medicina de la Universidad de Murcia, jefe de servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia, y presidente de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia, que realizó una ponencia titulada ‘Células madre con GPS. Una nueva estrategia de terapia celular’.
Durante su disertación, el doctor Moraleda ha expuesto que “el futuro de las terapias con células madre pasa por ayudar a la célula a ir exactamente al lugar en el que se la necesita”, según ha informado el SESCAM en nota de prensa.
Sin embargo, según Moraleda, “una de las dudas que existen en torno a este tema es la de si es necesario implantar las células en el lugar exacto donde tienen que funcionar, algo que daría lugar a tratamientos complicados, agresivos y caros; o por el contrario si se pueden introducir células a través del torrente sanguíneo y que lleguen al lugar donde son necesarias”. En definitiva, “sería como disponer con células guiadas por un GPS que las llevase a su destino de manera que actuasen eficientemente”, ha señalado.
El catedrático de la Universidad de Murcia ha destacado que, uno de los campos a los que se quiere aplicar es al tratamiento de la osteoporosis, ya que “se trata de una enfermedad muy prevalente, que provoca la disminución de la masa ósea y un deterioro de la arquitectura del tejido que forma los huesos haciendo que sean más frágiles, lo que determina una mayor susceptibilidad a las fracturas”.
En este sentido, ha añadido que “nuestro objetivo es producir células madre fucosiladas (con GPS) para el tratamiento de esta patología que afecta a más de dos millones de personas en España, y que lleva asociados una disminución de la supervivencia y numerosos daños colaterales, como una pésima calidad de vida para los afectados, numerosas bajas laborales y en consecuencia un enorme impacto económico”.