“Hechas, pues, de galope y aprisa las hasta allí nunca vistas ceremonias, no vió la hora Don Quijote de verse a caballo y salir buscando las aventuras…” (Cap. III, 1ª parte de “El Quijote”)
Y ha llegado el día.
Hoy inicias tu odisea aventurera para cumplir tu ilusión y hacer realidad un sueño en el que has embarcado a toda tu gente (tus padres y abuelos, tu familia, tus amigos,…), pero en el que también has cogido como pasajeros a todo un pueblo que vive expectante el alumbramiento de tu éxodo voluntario hacia nuestras antípodas.
Ahora en tu persona se agrupan los espíritus del Don Quijote manchego, del Ulises clásico y del Perlé carnavalero herenciano; pero a la vez sobre ti, en la despedida de tu localidad en la Plaza, descansa el aliento de ocho siglos de historia del pueblo de Herencia que te fortalecen en tu proeza.
Ver toda la Plaza de España repleta de gente deseándote éxito en tu viaje ultracontinental me ha producido una gran emoción, y he sentido la indudable convicción de estar viviendo un momento irrepetible. Si esto lo he sentido yo, si esto lo ha sentido tu pueblo… que impresiones se habrán impreso en tu ánimo, que impulsos se habrán manifestado en tu corazón.
Y como en el inicio de las aventuras que creara Miguel de Cervantes sobre su mítico hidalgo andante, lo primero que has logrado es ser armado caballero: “Caballero Rodante”. Lo has hecho en tu pueblo, siendo testigos todos los herencianos que han acudido a despedirte, a abrazarte, a inmortalizar el momento…
Y al igual que Don Quijote, un día de julio ha sido testigo del inicio de tu aventura. Por armas tu ilusión por conseguir un sueño y por montura tu bicicleta “Penélope” decidiendo la dirección. Al atardecer la Plaza de Herencia, a modo de castillo onírico sirve de marco para que tú, caballero sin par, inicie su periplo intercultural. Y las mozas alrededor de ti son doncellas que dan belleza al momento de tu partida, y la autoridad pertinente (representada en el Alcalde, en los miembros de tantas asociaciones locales, en los directivos de empresas municipales) a modo de dueños del sentir festivo de tu pueblo te agasajan y te ofrecen todo su ardor y entusiasmo; y tus padres y abuelos miran con ojos arrasados como su valiente vástago aúna el cariño de todos sus vecinos.
Hoy, día de San Cristóbal, tú portas a tus hombros la certidumbre y la tenacidad que en la Mancha se pone a los proyectos que salen del corazón.
¡¡¡Caballero Elías, adelante… Herencia está contigo!!!