Twitter publicado por el Ayuntamiento de Herencia (Ciudad Real).

Dicen que, si cada uno escribe su propio destino, hay que tener mucho cuidado con las faltas de ortografía.

Como cualquier estudiante de humanidades podrá confirmarles, desocupados lectores, ortografía proviene del latín ortographia y ésta, a su vez, del griego ὀρθογραφία (orthografphia), cuyo significado vendría a ser “escritura correcta”.

Hace unos días, desde la web del Ayuntamiento de la villa de Herencia se contestaba a una reclamación que hice a principios del verano sobre las continuas faltas de ortografía (a veces, graves y otras muy graves) que se cometían en las redes sociales del Consistorio. Lo peor de todo, no es que fuesen despistes (como dice el sabio refranero castellano hasta el mejor escribano echa un borrón), es que se cometían de manera intencionada “…para resultar más cercanos…” No entraré a valorar si esa supuesta cercanía pasa por considerar que los seguidores de las redes sociales del Ayuntamiento de la villa de Herencia (y sus ciudadanos) escriben, o escribimos, de esa manera. En fin, el caso es que di por buenas (y las sigo dando) la respuesta y la disculpa que el Alcalde me dio, así como su compromiso de que en adelante los responsables de las redes sociales pondrían más atención en sus comentarios y publicaciones. De hecho, y para ser sincero con todos ustedes, esta mejoría la había percibido a lo largo de los meses de verano. Pero cuál no sería mi sorpresa cuando encuentro éste comentario en la cuenta oficial de Twitter del Ayuntamiento de la villa de Herencia:

Twitter publicado por el Ayuntamiento de Herencia (Ciudad Real).
Fuente: Twitter Ayunto. Herencia
Sobre ortografía 1

Si volvemos a la frase con la que empezaba éste artículo, el responsable de las RRSS del Ayuntamiento de la villa de Herencia tiene un destino aciago, no sólo por tener una pésima ortografía, además por haber desacreditado a su jefe y, más importante, al alcalde de todos los herencianos, con este tuit de forma pública y notoria. Pues recordemos de nuevo, para quien no haya visto el vídeo de “Alcalde responde”, que el regidor se había comprometido a hablar con los responsables de las redes sociales para que pusieran mucha más atención a la ortografía.

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Bien, tomemos como ejemplo éste mismo tuit. Podríamos pensar que la consabida restricción Twitter a 140 caracteres obligó al responsable de las RRSS del Ayuntamiento de la villa de Herencia a cercenar la “e” de la preposición “de” y la “u” y la “e” del relativo “que”. Pero, si contamos los caracteres escritos por el responsable de las redes sociales del Ayuntamiento de la villa de Herencia (contando espacios y signos de puntuaci…perdón no he dicho nada) son 87, lo cual dejan otros 53 libres. Me he devanado los sesos consultando varias fuentes etimológicas para dar con el significado de la palabra “wapo”. Finalmente, he llegado a la conclusión de lo que quería decir el responsable de las redes sociales del Ayuntamiento de la villa de Herencia era, en realidad, “guapo” confundiendo el sonido /w/ de la w, propio de las palabras de origen inglés y que en español sólo es aplicable a éstas últimas. Dado que la séptima acepción de la palabra “guapo” es: Prendas que se ponen en días de fiestas y ocasiones muy señaladas y admitiendo como válida la metáfora entre las obras realizadas en la localidad y las ropas que una persona puede vestir, podríamos dar por confirmada la teoría de que en realidad “wapo” equivale a “guapo”, aunque no estoy en calidad de determinar el origen del primer término.

En cualquier caso, como decía más arriba con los 53 caracteres libres el tuit podría haber quedado, más o menos, así:

Los planes de empleo permiten poner «guapo» el pueblo, echando una mano a los que lo necesitan.

Y aún quedarían 45 caracteres libres para escribir cualquier etiqueta, algo tan propio de ésta red social. Y con un tono, cercano e informal, pero siempre ajustado a la norma.

Desde hace algo más de 300 años la Real Academia Española, nacida en 1713 gracias al impulso del ilustrado Juan Manuel López Pacheco y Zúñiga, marqués de Villena y duque de Escalona y bajo el auspicio del propio Felipe V, ha velado por fijar las voces y vocablos de la lengua castellana, en su mayor propiedad, elegancia y pureza[1]. Desde entonces, nuestra lengua al igual que la RAE y nosotros mismos hemos cambiado enormemente. Ya no hay pelucas empolvadas y casacas colgadas de los percheros de la Academia, ya no es cosa sólo de hombres, nobles y ricos la tarea de velar por el buen escribir y el buen hablar de una lengua que une a más de 300 millones de personas en todo el mundo. Hoy esa tarea es de todos. El uso del lenguaje es, como todas las relacionadas con el ser humano, un acto social. Quizás el más social de todos. La lengua no es machista, homófoba o violenta, lo es quien lo usa de manera inadecuada. El uso, por ejemplo, de la @ (un símbolo que corresponde a una unidad de medida de áridos y líquidos), que tanto se usa como distintivo del género, no es nada más que un mal uso del llamado “lenguaje políticamente correcto” y una vulneración de las normas y usos de la Real Academia de la Lengua Española.

Las instituciones, como el Ayuntamiento de la villa de Herencia, son responsables y veladores del correcto uso de la Lengua, no sólo por prestigio propio, también como ejemplo hacia quienes desde pequeños nos hemos esforzado (y mucho como es mi caso) en escribir de forma correcta y, además, para quienes no habiendo tenido la oportunidad y la suerte de recibir una educación completa como la nuestra, como muchos de nuestros padres y abuelos, hoy día se acercan a las nuevas tecnologías (en muchos casos en programas auspiciados por el Ayuntamiento de la villa de Herencia) y son ávidos seguidores de las RRSS de nuestro Consistorio.

Hoy día el acceso a la cultura en nuestro país es más universal que nunca. Libros, artículos, juegos, bitácoras, periódicos…todo lo tenemos en la palma de nuestra mano gracias a la universalización de los teléfonos inteligentes y la conexión a internet. Todos somos responsables de lo que leemos y de lo que escribimos. Las escusas hoy se han acabado. Podemos leer a Cervantes o a Belén Esteban. Podemos ver un documental sobre la historia de Roma o Sálvame. Podemos escribir como corresponde a una persona culta o podemos escribir mal. Es una cuestión de elecciones y de responsabilidades.

[1] Cédula Real de 3 de octubre de 1714

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