Os compartimos un artículo colaboración especial de Félix Patiño Galán pubicado en el Blog del Hermógenes Rodríguez sobre el acto de inauguración del cursos 2018-2019.
Una buena tarde de otoño y un entorno elegante marcaron el comienzo oficial del curso 2018 – 2019. Fue la clase magistral de Andrés Carmona Campo, profesor de Filosofía de IES Hermógenes Rodríguez, estudioso incansable, conferenciante ameno y profesor nato. Precedido en el micrófono por Sergio García-Navas, Alcalde, quien ofreció las posibilidades del Ayuntamiento a todos los centros educativos de Herencia, recordando el compromiso que ha mantenido en estos años de su legislatura. Presentó al conferenciante Lola Fernández, Concejala de Cultura, que defendió la Filosofía como materia fundamental en la formación humana.
Andrés nos hizo reflexionar sobre el papel de la educación ante una sociedad marcada por los grupos culturales que envuelven al individuo desde su nacimiento. Comenzó con el caso de Baruch Spinoza, filósofo holandés del siglo XVII, judío crítico con sus creencias y mandamientos, fue expulsado en 1656 de su comunidad y condenado. En aquella época esto suponía la “muerte civil” de un individuo, puesto que las otras comunidades (cristiana, musulmana) no asumían fácilmente a individuos rechazados.
Continuó con el concepto de comunidad, siempre sobre la base de la religión, como la que engloba al individuo. Para ello detalló la historia y los preceptos de la religión judía como base indispensable de su comunidad cultural. Avanzamos desde el pacto de Dios con Abraham hasta la creación y el mantenimiento del actual Estado de Israel, siempre en conflicto con sus vecinos.
Carmona hace aparecer unos interrogantes: ¿Qué entendemos por comunidad? ¿Qué les ocurre a los individuos que abandonan o son expulsados de ella? ¿Cómo son vistos los individuos que han abandonado una comunidad y se quieren incorporar a otra?
Los individuos a caballo entre dos comunidades, algo muy común actualmente en nuestra sociedad multicultural, sufren una crisis de identidad por la visión que tienen de ellos en su comunidad de origen y en la comunidad de acogida.
Este problema tiene una solución política que puede ser el mantenimiento de estas sociedades en el marco político de una organización superior que asegure los derechos a todos los individuos, hacer al grupo cultural menos determinante y establecer un grupo superior eminentemente humano.
Aquí la educación tiene un papel esencial, debe formar más allá de las comunidades culturales, ecléctica, laica, inclusiva, igualitaria. Debe ser la que enseña al individuo a moverse en una sociedad multicultural.
Es el mantenimiento de la esencia del individuo (cultura propia), su origen, o la inclusión sin más en el grupo cultural mayoritario por la mera existencia en el medio en el que vive.
Andrés termina proponiendo su solución: la inclusión. Cada individuo será libre de pertenecer o no a la comunidad cultural que prefiera, es una opción en el marco de la cultura y las creencias, pero no debe haber leyes especiales para los pertenecientes a una comunidad.
De su excelente clase magistral nos quedamos con unas cuantas ideas fundamentales para la reflexión:
- Hay que entender cada cultura, cada religión, desde una visión crítica (ipseidad).
- Tenemos que encontrar los valores comunes de cada cultura, los universales.
- La escuela es el agente fundamental para formar individuos críticos y con valores universales.
- El origen de una persona no puede prefijar su destino. La escuela debe ser su esperanza.
Cerró el acto la actuación de Marta Cárdenas y sus alumnas de la Escuela de Danza de la Universidad Popular, Lidia, Mª Mercedes y Marta.
(Artículo colaboración especial de Félix Patiño Galán)