Elías Escribano, Perlé aventurero, confinado en Malaca

Elías Escribano, Perlé aventurero, confinado en Malaca

Crónica de las etapas 736 a 772 de miércoles 29 de enero de 2020 al viernes 10 de abril de 2020.

“Estábamos, estamos, 

estaremos juntos.

A pedazos, a ratos,

a párpados, a sueños”.

  MARIO BENEDETTI

Elías Escribano, Perlé aventurero, confinado en Malaca 5 Amigo Elías, mi última crónica fue hace más de dos meses y nos situábamos, temporalmente, en vísperas de las celebraciones del Carnaval y, físicamente, en la isla tailandesa de Ko Lanta. Desde entonces hasta ahora la transformación que ha sufrido nuestra sociedad y nuestro mundo global ha sido dramática. Por momentos todo parece un mal sueño del que despertaremos pero la cruda realidad nos hace tomar conciencia del grave problema sanitario que se cierne sobre toda la civilización humana.

Por estas tierras manchegas todo empezó como un lejano rumor que nos hablaba de Wuhan y la lejana china y de un virus que estaba haciendo estragos por aquellos lares. Pero el murmullo inquietante se fue haciendo ruido y los términso coronavirus y covid19 se fueron haciendo terriblemente populares entre nosotros. Y el “bicho” alcanzó Europa incidiendo con virulencia el Norte de Italia y de allí pasó a España donde varias regiones fueron sacudidas con cruel furia. Lo que empezó siendo una amenaza remota se adentró en la profundidad de nuestras vidas y La Mancha sufre el dolor de esta despiadada pandemia.

Tomelloso o Alcázar de San Juan centros del tormento que se está sufriendo y nuestra Herencia, caballero Elías, no ha sido ajena al tremendo daño humano que se está produciendo.

Muchos paisanos y paisanas han fallecido en estas fechas crueles y el desconsuelo camina por las calles de nuestro pueblo por el suplicio de nuestra gente.

No es momento de una crónica al uso como las que llevamos haciendo más de tres años (45 meses se cumplen en este Viernes Santo). Ya habrá tiempo de comentar tu salto a Malasia, de describir tu experiencia en el retiro espitiritual en Vipassana, tu recorrido hacia el sur pasando por la capital del país por Kuala Lumpur y tu llegada a Malaca donde llevas tres semanas confinado en uno de los pocos sitios que permiten estar a extranjeros. Por desgracia, en estos momentos, decir que uno es español no es algo que abra muchas puertas.  Y alli en una humilde Hostel regentado por un libanés vivís estos acontecimientos un ruso, un japonés, un argentino y tú, perlé herenciano.

Hoy, Viernes Santo, doy un giro a la tradicional crónica aventurera, y tras la especial videollamada que he podido compartir contigo, hace unos instantes, no tengo por menos que expresar los sentimientos compartidos a todos los que siguen tu aventura y mis sencillas crónicas.

Amigo Elías, no me ocultas tu preocupación por la situación pero  aunque nos duela en el alma los números y las familias a las que afectan esos números debemos mantener el optimismo y ser sanos en espíritu. “No hay que dejar al miedo ni tan siquiera pasar por la mente. Y si entra, conforme entra, puede salir”.

Desde Malaca, nos haces llegar tu fuerza para estos momentos tan especiales. A pesar de la distancia el mal nos une a todos: ¡¡Saldremos adelante!! Hay subidas que parecen eternas, pero ninguna de ellas lo fue. Y esta situación, es igual”.

Y cómo no, desde el pánico y la puntual desconfianza ha de surgir la esperanza por un futuro cercano más halagüeño. “… Mucho ánimo para todos, si pensamos que podemos ganar esta batalla, entonces está ya medio ganada”.

Dentro de la negritud del presente ver la luz en esas muestras de solidaridad y hermanamiento que se están viendo en el pueblo, extensibles a toda la sociedad mundial. Tú última reflexión es contundente: “La humanidad ha de unirse. Cada vez queda me queda más claro que el futuro pasará por respuestas globales, de la humanidad, porque los retos que nos estan llegando no son a un único país, son retos globales”.

Por supuesto tu recuerdo, al que me uno, a todos los héroes que “batallan estos días, héroes sin fusiles, pero con mascarillas y guantes, heroes y heroínas que lo están dando todo por salvar vidas”.

Una persona muy cercana a mí, ante mi temor, me declaraba justo antes de ir a trabajar al Hospital de Alcázar de San Juan lo siguiente:

“…Físicamente muy duro, agotador.. Todos vamos a una y un espíritu que jamás había sentido. Por esto mentalmente estoy muy fuerte, para ayudar a la gente nos necesita y para sacar esto hacia adelante. La verdad es que estoy donde tengo y quiero estar”.

Y tantos y tantos otros héroes: trabajadores de las residencias, transportistas, agricultores y ganaderos, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, dependientes, autónomos, empresarios y trabajadores sobre los que se cierne un incierto futuro,… y en general a todos los “ciudadanos de a pie” que expresan su solidaridad y compromiso quedándose en casa.

Y en concreto la solidaridad de nuestra Herencia representada en esas asociaciones capaces de vertebrar un movimento de ayuda a los que más lo precisan y que se muestra en fondos solidarios, el proyecto Ánthropos, la donación de alimentos o su reparto a domicilio, el proyecto “respiradores” y por supuesto los ánimos de tantos ciudadanos con sus videos, fotografías y mensajes.

Quiero terminar esta crónica especial con una foto que colgaste en tu red social, amigo Elías, que te hizo llegar un monje budista de tu estancia en Birmania, y las frases de ánimo y esperanza con las que tú adornas la belleza de la misma:

Elías Escribano, Perlé aventurero, confinado en Malaca 6 Me gustaría encender simbólicamente una de esas linternas voladoras

en estos días que nos han tocado vivir.

Que esa llama que mantiene el globo a flote

sea una metáfora de toda una sociedad en cohesión

 -de todo un mundo incluso- que no quiere dejar de alumbrar.

Que sea la llama de la esperanza que sigue silenciosa

y continuamente encendida.

Que sea ese rayo de sol que siempre acaba saliendo

entre las nubes después de una tormenta.

Que sea el calor de una comunidad que arropa a sus miembros.

Esa comunidad de homo sapiens que entiende

-desde tiempos inmemoriales en los que se compartía el fuego-

que la supervivencia pasa por la cooperación y la solidaridad.

Que sea la llama que cada uno llevamos dentro,

 y que sirva para alumbrarnos unos a otros.

Que sea la luz al final del túnel que estamos atravesando.

De todo corazón para ti Elías y para todo  mi pueglo de Herencia UN GRAN ABRAZO en estos momentos de incertidumbre pero a los que hay que mirar con ojos de ESPERANZA.

 

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