Por Florencio Martín de Blas Dorado
Cristo y su muerte. Estación de Penitencia del Santo Entierro
El Cristo de la Urna, lo llevan en volandas, por las calles y plazas de nuestra católica Herencia. En procesión de respeto y sosegado silencio, propios de esta procesión y de nuestra Semana Santa. Son custodios de Cristo los caballeros del Santo Entierro que con su lento pero firme paso, trasladan a Cristo hasta su reposo final. El Cristo Yaciente impresiona a propios y extraños en cada salida, en cada acto, en cada estación.
Solo el sonido de las cornetas y tambores rompen el silencio al ver pasar la imagen de este Cristo, que todo el que lo ve siente un escalofrío seguido de una gran paz, y que a más de uno se nos ha caído alguna que otra lágrima, pues en él se refleja La Paz y el amor.
No fueron los clavos los que sostuvieron a Jesús en la Cruz, fue el Amor por tí, por mí…, y ese amor tú puedes entregarlo a cambio a quien lo necesite…, a un niño, un anciano, a tu amigo, al hermano.
El silencio es absoluto cuando María, la madre, siguiendo a su hijo, va discurriendo por las calles de este manchego y mariano pueblo, sabiendo todos que ya la procesión se acerca en esta noche Santa. Nuestra Señora de los Dolores con siete puñales clavados, todos y cada uno con su significado, desde el primero que simboliza la profesa de Simeón, en la que se anuncia a la Virgen que una gran espada atravesará el corazón, hasta el último puñal, el entierro de Jesús, su hijo.
Reflexión de Semana Santa
Semana Santa de Herencia 2023.
Aunque la sociedad de hoy nos esté presentando casi a diario casos de corrupción, materialismo, pederastia, malos tratos, abusos, etc., podemos encontrar a Jesús y a su Iglesia, cuerpo místico de Cristo, que se hace visible y presente en el mundo y la enseñanza que el mismo dejó, dando alivio material y espiritual a las miserias de tantos hombres que, injustamente, cargan con las consecuencias que la esclavitud del pecado provocan en quienes deberías se defensores de los débiles y los necesitados.
Cuando desde la ideología del ruido se predica la supuesta libertad de la mujer para decidir sobre su maternidad, podemos encontrar al Señor y a su Iglesia, defendiendo, sin ruido, la verdad de la dignidad humana, la vida como don sagrado, querido por Dios y amado desde siempre de modo concreto y exclusivo por su Creador. Son los débiles, los que no tienen voz, los discriminados o ignorados son el signo que el Señor manda a su iglesia, pues ellos son nuestro mismo Señor, con los que nos interpela a todo cristiano a acoger la verdad con alegría, a defenderla y predicarla con mansedumbre, pero con firmeza, sabiendo dar testimonio del Señor, luz verdadera que nos ilumina hacia la vida plena.
Florencio Martín de Blas Dorado