Premian la Rehabilitación de una Casa-Carbonería del Siglo XVIII por su Valor Arquitectónico

Premian la Rehabilitación de una Casa-Carbonería del Siglo XVIII por su Valor Arquitectónico

La recuperación de una Casa-Carbonería del siglo XVIII, premio a la 'Arquitectura Rehabilitación'

En los recientes premios de Arquitectura y Urbanismo del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha celebrados en Cuenca, bajo el epígrafe Arquitectura Rehabilitación, un destacado proyecto ha capturado la atención del jurado y del público. Se trata de la rehabilitación de una casa-carbonería, un proyecto llevado a cabo por el arquitecto Joaquín Vargas, quien también actuó como autopromotor y constructor. La obra contó con la colaboración de Natalia Rodríguez, responsable del diseño de mobiliario, Javier Longobardo, fotógrafo, Javier Vellés Montoya, arquitecto y pintor, Ovidiu Nicolae Gassner y Emanuel Marcel Dumitru, albañiles; Hilario y Jesús Cid, carpinteros; Feliciano Gutiérrez, encargado de fontanería y clima; y Marcos Moragón, electricista.

Ángel Sánchez, presidente de la demarcación de Toledo del COACM, entregó el galardón a Joaquín Vargas en el gran auditorio del Museo de Paleontología de Castilla-La Mancha (MUPA) en Cuenca. Durante su alocución, Vargas expresó su deseo de que los premios ensalcen la profesión y concluyó con una exclamación de amor por la arquitectura.

Este proyecto se originó en octubre de 2019, cuando Joaquín Vargas adquirió la casa-carbonería, ubicada al lado de la Iglesia de San Cipriano y catalogada como Bien de Interés Cultural. Este edificio religioso tiene sus orígenes en una mezquita de principios del siglo XI, conservándose aún parte de su configuración espacial y patio de acceso, característicos de la arquitectura islámica.

A principios del siglo XVII, el edificio fue totalmente reconstruido por Carlos Venero y Leyba, canónigo de Toledo, y alrededor de la iglesia se construyeron varias dependencias, incluida la casa-carbonería. El reciente proyecto de rehabilitación se centró en la restauración, conservación y consolidación de los elementos de interés, así como en la demolición de las distribuciones espaciales internas para obtener espacios más diáfanos y en la ampliación del volumen con una nueva planta en altura.

La nueva distribución de la vivienda contempla un sótano que alberga un taller y un pequeño aseo, con un forjado y muro sanitario conectado a un recuperador entálpico para ciclos de aire debido a la humedad de la roca madre de granito. La planta de acceso incluye la cocina y el comedor, mientras que la primera planta contiene la antesala al sueño y el baño, con el dormitorio principal en el engalaberno. La segunda planta se ha diseñado como un salón-estudio con salida a la terraza con vistas al valle de Toledo.

En cuanto al cerramiento de la fachada principal, el proyecto recupera su imagen inicial conservando las partes bien consolidadas y picando el mortero de cal, que dejó al descubierto el entramado de madera. Se realizaron injertos con madera sana en las partes afectadas por carcoma y se enlució toda la fachada con mortero de cal, pintándose sólo la planta nueva para discernir lo antiguo de lo nuevo. Los huecos de las carpinterías originales se respetaron, mientras que en el nuevo volumen se introdujo una apertura cuadrada de dos metros para equilibrar visualmente el conjunto.

Las carpinterías están construidas con madera de cerejeira, conocida por no hincharse ni mermar. Los colores de la fachada respetaron los originales: gris granito, naranja dorado, beige piedra, rojo ladrillo y rojo teja; con detalles en negro escoria para las cerrajerías. Se integraron una canaleta y cuadros de acometidas de servicios en la fachada para reducir la contaminación visual del cableado.

La nueva cubierta es de carpintería tradicional española con un entramado ligero de madera, inclinado a 25º para evitar un hastial en triángulo. La estructura de la segunda planta es de «Timber Frame» o entramado ligero, con aislamiento de lana de roca y arriostrado con paneles OSB.

En la ejecución de los forjados se sustituyó toda la viguería dañada por una nueva de mayor escuadría, aislada de la humedad. Una escalera de caracol, protagonista del proyecto, conecta desde el sótano hasta la segunda planta. Compuesta por módulos de peldaños de madera contrachapada de abedul y roble, la escalera se convierte en el eje vertebrador de la vivienda.

El jurado de los II Premios COACM destacó que esta escalera es el elemento que «transforma una carbonería en una vivienda de hoy».

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