El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha abierto el debate sobre la problemática del agua en la política española al expresar su disposición para tratar este tema en la próxima Conferencia de Presidentes. Esta postura surge tras la solicitud de los gobiernos de Murcia y Valencia, preocupados por la escasez de recursos hídricos. Durante una rueda de prensa tras su reunión con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Moncloa, García-Page afirmó que aunque su región no desea que Murcia y Valencia queden sin suministro de agua, la desalación debería ser considerada una solución viable y sostenible.
El presidente castellano-manchego resaltó la importancia de las energías renovables para reducir los costos de la desalación, indicando que ya se están aplicando bonificaciones a nivel estatal para fomentar este tipo de tecnologías. Según García-Page, Castilla-La Mancha podría llegar a necesitar agua del mar en el futuro y, de ser así, priorizaría el establecimiento de una planta desalinizadora sobre el desarrollo turístico costero si tuviera acceso al mar.
García-Page se refirió también a las críticas de Murcia y Valencia en relación con las sentencias del Tribunal Supremo que apoyan la posición de Castilla-La Mancha y las directivas europeas vigentes. Subrayó la urgencia de implementar nuevas normas para el trasvase Tajo-Segura, un proceso que considera ya en «tiempo de descuento» debido a los retrasos acumulados.
El presidente autonómico también defendió maximizar el uso de las plantas desalinizadoras antes de recurrir al agua natural, destacando la sobreexplotación de acuíferos en el Alto Guadiana y la necesidad de regularizarlos, en un contexto similar al de Doñana.
En cuanto a la infraestructura energética, García-Page solicitó a Pedro Sánchez que apoye la expansión de la red eléctrica nacional para prevenir posibles cuellos de botella en el sistema. Destacó la necesidad de realizar reformas legislativas e inversiones significativas para que las áreas menos desarrolladas puedan atraer nuevas industrias.
Otro punto destacado por García-Page fue el impulso necesario para el desarrollo del tren de alta velocidad hacia Talavera, Extremadura y Lisboa, visto como vital para equilibrar el desarrollo económico entre el este y el oeste de España. Además, criticó las autopistas de peaje radiales de Madrid, calificándolas de financieramente insostenibles y como contribuyentes al congestionamiento vial, abogando por su liberalización.
Aunque expresó que no pudo abordar todos los 194 temas previstos en su reunión con Sánchez, García-Page se mostró optimista ante el trabajo conjunto que espera realizar con el Gobierno central en los próximos meses, confiando en avanzar significativamente en las áreas prioritarias discutidas.