La decisión del Gobierno de España de no instalar el centro temporal de migrantes en el aeropuerto de Ciudad Real ha generado reacciones diversas, especialmente dentro de las filas del Partido Popular. Durante el Comité Ejecutivo Regional del PP celebrado este jueves en Ciudad Real, la vicesecretaria de Organización del partido, Carmen Fúnez, expresó su satisfacción por lo que considera una «victoria» para la ciudad y una «derrota» para el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El Ministerio de Migraciones había considerado inicialmente la instalación de un centro de migrantes en el aeropuerto de Ciudad Real, pero finalmente decidió descartar esta opción. Para Fúnez, esta decisión evidencia el compromiso del Partido Popular de proteger los «intereses» de los ciudadanos, argumentando que tal instalación habría tenido un impacto negativo en el desarrollo económico tanto de Ciudad Real como de los municipios circundantes. «Ciudad Real haya ganado y Sánchez haya perdido», declaró Fúnez, haciendo hincapié en que el centro propuesto constituía un obstáculo para el crecimiento económico de la región.
Fúnez elogió el esfuerzo del Gobierno local de Ciudad Real, bajo la dirección de Francisco Cañizares, subrayando que la presión ejercida por el PP en las diversas esferas del poder, como el Congreso, el Senado y las Cortes regionales, fue fundamental para que el Gobierno reconsiderara su postura inicial.
En el mismo evento, el presidente del PP de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, reafirmó el firme rechazo de su partido al centro de migrantes, describiéndolo como un «campo de concentración de inmigrantes ilegales». Criticó duramente al presidente regional, Emiliano García-Page, por su falta de oposición al plan del Gobierno central.
Núñez concluyó su intervención expresando que «si hoy no existe ese campamento, es gracias al trabajo serio del Partido Popular, que ha defendido los intereses de la provincia». Añadió que, de haber dependido del PSOE, Ciudad Real habría tenido que aceptar la instalación del centro de migrantes. Las declaraciones de ambos dirigentes del PP reflejan una clara postura de oposición a las políticas del Gobierno central en materia de migración, resaltando una vez más las tensiones entre las diferentes administraciones y partidos políticos en España.
