El proceso para la modificación del Estatuto de Autonomía en Castilla-La Mancha ha experimentado un contundente revés tras la reciente suspensión de su tramitación, un movimiento anunciado por el secretario de Organización del PSOE en la región, Sergio Gutiérrez. La interrupción se debe a la enmienda presentada por el Partido Popular (PP), que pide mantener el actual rango de diputados en las Cortes regionales entre 25 y 35, alterando así el curso originalmente acordado en torno a la reforma estatutaria.
En una intensa rueda de prensa, Gutiérrez no escatimó palabras al expresar su decepción y señaló directamente al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, como responsable tras acusar a la dirección del PP en Castilla-La Mancha de actuar según las órdenes dictadas desde Génova, sede nacional del partido popular. Con términos como «titiriteros políticos», Gutiérrez tachó la situación de traición, sugiriendo que la decisión se realizó de manera inesperada y a espaldas del diálogo previo.
El socialista fue categórico al declarar que la tramitación quedará paralizada hasta que el PP reafirme su compromiso con su palabra. Según Gutiérrez, romper momentáneamente la colaboración con los populares es la única decisión consecuente ante este escenario. El secretario del PSOE destaca su esperanza de que el PP recule en su postura y retire la enmienda para reiniciar la senda de la reforma, cuya votación estaba prevista originalmente para mediados de diciembre.
El proyecto de reforma del Estatuto de Autonomía era más que un simple ajuste técnico. Pretendía reflejar un “triángulo equilátero” centrado en tres pilares fundamentales: el aprovechamiento del potencial económico y cultural de la región, el fortalecimiento y la ampliación de los derechos sociales y ambientales, y un refresco al pacto institucional vigente, buscando deshacerse de lo que los socialistas denominan «pucherazo» en referencia a la ley instaurada bajo la administración de Cospedal.
Gutiérrez insistió en que el acuerdo es un todo indivisible, denunciando la aparente retirada parcial del PP como una sumisión a Feijóo, lo que, en esencia, traiciona el esfuerzo conjunto de más de un año de trabajo. El líder socialista habló de sentirse frustrado y apenado por lo que percibe como una estrategia del PP de deshacer lo que ambos partidos habían acordado, reflejando las documentaciones previamente firmadas sobre la reforma estatutaria.
Por último, Gutiérrez recordó al PP uno de los principios del acuerdo inicial: “nada estaba acordado hasta que todo estuviera acordado”. Este recordatorio resalta la postura del PSOE en el sentido de que cualquier rompimiento parcial invalida cualquier avance logrado, llevando, ineludiblemente, a la suspensión momentánea de la crucial reforma hasta lograr un consenso renovado.
