El pasado sábado, el auditorio de Puertollano se llenó de arte y emoción al acoger el espectáculo «Lorca sonoro» de Pasión Vega, una obra que el concejal de cultura describió como una “filigrana” y que reunió a más de 600 personas para disfrutar de una experiencia cultural única. La cantante gaditana presentó su trabajo discográfico basado en la obra del poeta Federico García Lorca, culminando así una gira que ha recorrido diferentes escenarios de España durante once meses.
El espectáculo, concebido por Ana López Segovia, combina música y teatro en un montaje excepcional. La cantante está acompañada en el escenario por un elenco talentoso: Jacob Sureda en el piano y dirección musical, responsable de los arreglos jazzísticos sobre una base flamenca; Manuel Masaedo en la percusión; y José Vega al contrabajo. Además, el actor Víctor Clavijo aporta su talento con una destacada interpretación de los versos lorquianos.
Pasión Vega describió el espectáculo como “una experiencia sensorial” que explora temas profundos de Lorca como la vida, la muerte y la naturaleza, a través de arreglos que buscan revivir la resonancia cultural y social del poeta. El repertorio incluye piezas emblemáticas como «La tarara», «Romance de la pena negra» y «Romance de la luna», presentadas en un juego teatral y musical que teje un diálogo entre la música y la poesía.
El montaje se enriquece con una escenografía cuidada, donde la proyección de una luna recuerda constantemente que “el poeta no ha muerto”. Las luces, meticulosamente diseñadas, aportan una dimensión adicional a la narrativa del espectáculo, que concluye con el «Réquiem» de Rafael de León, amigo de Lorca.
El público asistente pudo disfrutar de un viaje sensorial en el que también se rindió homenaje al intérprete Miguel de Molina a través de la caracterización de Víctor Clavijo, mientras Pasión Vega daba vida a canciones como «Ojos verdes» y «La bien pagá». Estas coplas, parte del acervo popular, fueron fundamentales para unir la voz de Lorca con la del pueblo.
«Lorca sonoro» no sólo fue una presentación musical, sino una invitación a sentir y redescubrir al poeta a través de una elegante y conmovedora fusión de verso y melodía.