En medio de los oscuros años de la Guerra Civil española, la pérdida y destrucción de valiosas obras de arte fue un desenlace desafortunado para gran parte del patrimonio histórico-artístico del país. Sin embargo, algunas piezas clave escaparon por poco de caer en el olvido gracias a intervenciones valientes y decididas. Un ejemplo de esta resiliencia cultural es «La última cena» de Luis Tristán, que aún se exhibe con orgullo en la Capilla de las Reliquias de la iglesia de Santiago Apóstol en Cuerva, Toledo.
Esta obra maestra del discípulo más destacado de El Greco fue preservada de la destrucción gracias al coraje de un vecino de Cuerva. Este héroe anónimo arriesgó su seguridad personal para salvar el lienzo, evitando que el fuego borrara un capítulo esencial de la historia artística española. Durante el conflicto, el comerciante organizó un plan audaz: entregó tijeras a niños que jugaban en la plaza, instruyéndoles para que cortaran el lienzo en pedazos y se lo llevaran. Estos fragmentos, transportados hasta Gálvez, permanecieron a salvo hasta que, años después, fueron restaurados y devueltos al sitio que les pertenecía.
En reconocimiento al 400 aniversario de la muerte de Tristán, el municipio de Cuerva ha preparado unas jornadas conmemorativas que se llevarán a cabo del 8 al 16 de noviembre. La alcaldesa de Cuerva, Montse Rojas, junto con Soledad de Frutos, portavoz de la Diputación de Toledo, dieron a conocer estas actividades culturales en una reciente rueda de prensa. El objetivo principal es resaltar el valor del patrimonio artístico de Cuerva y fortalecer el reconocimiento de su legado histórico, que sorprendentemente, es aún poco conocido incluso entre sus propios habitantes.
Las jornadas incluirán diversas actividades, entre ellas, la participación del colegio público local. Los estudiantes han trabajado en una reinterpretación de «La última cena» que será expuesta en el Ayuntamiento, añadiendo un matiz contemporáneo a la celebración. Además, el 9 de noviembre se llevará a cabo una charla coloquio en la que historiadores explorarán el periplo de la obra desde su creación hasta su actual localización en Cuerva, destacando el significativo pago de 1.400 reales que la localidad efectuó en 1620 por este preciado cuadro.
No solo el arte será protagonista de estas jornadas. La gastronomía local también tendrá un papel central con una propuesta culinaria que permitirá a los visitantes degustar platos típicos de la región, simultáneamente impulsando la economía local. Asimismo, el programa concluye con una visita a la exposición «Luis Tristán, excelente pintor de historias» en Yepes, que ofrecerá una perspectiva más amplia sobre la obra del pintor.
La portavoz del gobierno provincial subrayó la importancia de dar visibilidad a los tesoros artísticos de pequeños municipios como Cuerva. Aunque pequeña en población, con apenas 1.500 habitantes, la localidad alberga un patrimonio de incalculable valor, que no solo contribuye a la cultura local, sino que tiene el potencial de convertirse en un atractivo turístico significativo que revitalice la economía de la zona.
En resumen, estas jornadas no solo homenajearán a Luis Tristán, sino que también servirán para recuperar y celebrar la memoria cultural de Cuerva, haciendo que el arte y la historia sean parte viva de su presente y futuro.