El «Milagro» del Estanquero: Cuando la Ruta Senderista se Truncó y el Restaurante fue Destruido

El "milagro" del estanquero, la ruta senderista truncada o el restaurante destruido, historias de supervivencia en Letur

Las recientes lluvias torrenciales que han azotado la localidad albaceteña de Letur han dejado tras de sí un panorama devastador, coincidido por los testimonios de los afectados que reflejan el horror vivido. Carlos Martínez, un joven comerciante de 29 años, relató la experiencia traumática que vivió durante el temporal. Justo después de cerrar su estanco en el centro de Letur, fue sorprendido por una avalancha de agua. «Vi un ciclón de agua marrón venir hacia abajo», comentó, describiendo cómo logró escapar a duras penas sin tiempo de alertar a nadie, mientras rezaba por aquellos que no pudieron hacerlo.

El negocio de Carlos, situado en la zona turística más afectada, sufrió daños irreparables. A pesar de lamentar la pérdida de su tienda, enfatiza la importancia de encontrar a los desaparecidos: «La DANA se lo ha llevado todo, ha sido una ruina. Pero al menos estoy bien», añade con resignación.

Entre los afectados está también un matrimonio israelí que había llegado a la región para disfrutar de unas vacaciones de senderismo. Se encontraron en peligro repentino cuando el nivel del agua del río aumentó de manera alarmante. Tras regresar a Letur para buscar refugio, una cascada repentina surgida del propio pueblo les obligó a buscar resguardo en un centro de acogida. «Nuestro coche, con todas nuestras pertenencias, estaba en el casco antiguo. No hay ni rastro de él», señalaron con preocupación, mientras aguardaban instrucciones de las autoridades locales.

La situación alcanzó su máxima gravedad alrededor de las 13:45 horas, según los vecinos. Irene Ruiz, de 42 años, recibió una angustiosa llamada mientras almorzaba con sus padres, avisándole del desbordamiento en su casa. Su suegra y cuñado quedaron atrapados durante horas en una vivienda vecina hasta que pudieron ser rescatados. Al describir la destrucción en su hogar, Irene compartió: «Esto es un barrizal, todas las puertas de mi casa están reventadas y hay fango por todos lados», sumida en la devastación de suyo y de su entorno.

En una situación similar, Jesús Amores, de 57 años y propietario del restaurante El Castillo, se enteró del desastre mientras se encontraba en Hellín. Con gran preocupación, observó desde la lejanía el flujo desbordante del agua que superaba las casas camino a Letur. Su restaurante, al igual que muchas otras propiedades, quedó destruido completamente. “No podemos ni acercarnos al centro de la ciudad, está todo devastado. El pueblo va a tardar años en recuperarse de esto, y no solo por los daños materiales”, manifestó, destacando el difícil camino hacia la recuperación.

La comunidad de Letur enfrenta tiempos difíciles y de gran incertidumbre, esforzándose por reponerse y buscar a los desaparecidos, a la par que se evalúan los daños materiales en medio de un escenario de desolación.

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