En Ciudad Real, la Sección Primera de la Audiencia Provincial se prepara para dar inicio al juicio contra S.E.R. el próximo lunes 4 de noviembre, en un caso que ha generado gran atención pública debido a la gravedad de los cargos: agresión sexual a una mujer migrante en situación precaria. Los hechos que se juzgarán parten de una denuncia en la que se acusa al hombre de haber engañado a la víctima con una oferta de trabajo falsa como limpiadora en una casa de campo en Miguelturra.
La acusación sostiene que la víctima había colocado un anuncio en un portal de internet ofreciendo sus servicios de limpieza, a lo que S.E.R. respondió, prometiéndole un salario y acordando un punto de encuentro. La mujer fue recogida en auto por el acusado y llevada a una propiedad rural, donde los supuestos hechos delictivos tuvieron lugar.
Una vez en el lugar, según relatos incluidos en el pliego acusatorio, la víctima fue inducida a realizar tareas de limpieza del baño con un producto químico fuerte, algo para lo cual no tenía experiencia. El acusado habría insistido en que la mujer se desnudara para evitar mancharse, utilizando la nociva sustancia como pretexto.
La situación se deterioró rápidamente cuando la víctima empezó a experimentar síntomas producto del químico, como desorientación y irritación ocular. En este punto, el acusado le pidió que se duchara para desprenderse del producto nocivo, momento en el que ingresó con ella al baño y comenzó una agresión sexual en contra de su voluntad.
Después de los abusos, el acusado la despojó de sus ropas y evidencias biológicas, devolviéndola posteriormente al mismo lugar donde la había recogido. Sin embargo, en el camino de regreso, la mujer logró grabar una conversación con su teléfono móvil, en la que el acusado se jactaba del abuso, sugiriendo que la mujer había «ganado cincuenta euros» a pesar de sus expectativas de recibir una paga por limpieza.
La Fiscalía ha solicitado una severa sentencia de diez años de prisión por el delito de agresión sexual, además de ocho años de libertad vigilada al cumplirse la condena carcelaria. Este lunes, el juicio promete ahondar en los perturbadores detalles del caso, enfocándose no solo en la violencia del acto, sino también en el estado de vulnerabilidad en que se encontraba la víctima. La comunidad estará atenta a la decisión judicial que pueda sentar un precedente en la protección de los derechos de las personas migrantes en contextos de precariedad económica.
