La alcaldesa de Mira, Miriam Lava, ha tomado cartas en el asunto tras la devastación causada por la reciente DANA que afectó gravemente a su municipio. En un esfuerzo por mitigar el impacto sufrido por las familias vulnerables, muchas de ellas de nacionalidad rumana, Lava ha firmado un Protocolo de Colaboración en Emergencia con la Consejería de Bienestar Social y Globalcaja. Este acuerdo busca prestar especial atención a las necesidades urgentes de los afectados, quienes han perdido no solo bienes materiales, sino también la estabilidad que comenzaban a construir en su nuevo hogar.
Uno de los desafíos más apremiantes que enfrenta la localidad es la recuperación del Centro de Salud. Este edificio, considerado “pionero y moderno”, ha sufrido daños significativos que amenazan con interrumpir los servicios médicos esenciales para los habitantes. Además, la alcaldesa ha expresado su preocupación por la situación de la vivienda tutelada para mayores, cuyos residentes han tenido que ser desplazados temporalmente debido a los daños estructurales.
La infraestructura municipal no ha sido la única en verse afectada; los parques infantiles han quedado devastados, impidiendo a los más pequeños disfrutar de espacios para el recreo y el esparcimiento. En respuesta a la solicitud de la Asociación de Madres y Padres de Mira, Lava ha asegurado que el Ayuntamiento facilitará el uso del colegio para que los niños puedan jugar nuevamente. Espera que esta medida, junto con el apoyo de los servicios sociales, ayude a suavizar el impacto psicológico que la catástrofe ha tenido sobre las familias.
Ante el reto de prevenir futuros desastres naturales, la alcaldesa ha subrayado la necesidad de implementar nuevas infraestructuras que controlen las crecidas del río. Este responsabilidad, según Lava, recae principalmente sobre la Confederación Hidrográfica del Júcar, cuyos técnicos han estado evaluando desde el inicio del fenómeno cuáles acciones son las más adecuadas para mitigar los riesgos de inundaciones. La regidora no oculta su asombro por la magnitud del evento ocurrido el 29 de octubre, calificándolo como «inaudito», especialmente para aquellas viviendas ubicadas en el margen derecho del río, que jamás habían experimentado un fenómeno de tal envergadura.
Con determinación, Miriam Lava continúa trabajando para restablecer la normalidad en Mira, dirigiendo sus esfuerzos hacia el apoyo a las familias afectadas y la reconstrucción de la infraestructura dañada. Su enfoque se centra en garantizar que la localidad emerja fortalecida de esta crisis, protegiendo a sus ciudadanos de futuros desastres.