En una destacada conferencia celebrada en el Museo García Rodero, el biólogo Rodrigo Soler reveló información sorprendente sobre la existencia de antiguos tiburones en la región de Puertollano, que hace millones de años fue un hogar para tres importantes grupos de estos escualos. La ponencia, que clausuró un ciclo organizado por la cátedra de la Uned sobre el periodo carbonífero, asombró a los asistentes con descubrimientos sobre cómo estos seres prehistóricos vivían, se alimentaban y se adaptaban a su entorno.
Los hallazgos en Puertollano han sido fascinantes, encontrándose fósiles como dientes, espinas y escamas, e incluso excrementos fosilizados que sirven de guía para comprender mejor su biología y evolución. Estos restos permitieron a los científicos del museo estudiar la estructura mineral esquelética de los tiburones, proporcionando claves sobre su crecimiento y reproducción, y cómo lograron sobrevivir adaptándose a diferentes condiciones ambientales.
Soler detalló la notable diversidad de tiburones que había habitado la región, incluyendo tanto acantidos desdentados que se alimentaban de microorganismos, como anacantidos y xenacantidos, reconocidos como grandes depredadores. Al analizar minuciosamente sus fósiles, se ha trazado una especie de mapa genético que arroja luz sobre las transformaciones que experimentaron estas criaturas marinas con el pasar de los eones.
Muchos de los fósiles encontrados han cobrado relevancia en el ámbito mundial, llegando incluso a formar parte de importantes colecciones en el Museo Británico y en varias instituciones australianas. Estos han sido utilizados para investigaciones adicionales que resaltan su importancia como elementos clave para entender la historia de los depredadores oceánicos prehistóricos.
Gracias a los avances en técnicas histológicas, los científicos han logrado determinar la edad y dieta de estos tiburones antiguos, viendo en la cuenca de Puertollano un recurso inexhaustible de información sobre la evolución de estos predadores en un lapso de tiempo que abarca desde 303 millones de años hasta apenas unos pocos millones más recientes.
En el cierre del evento, Andrés Gómez, concejal de economía y hacienda, agradeció a los participantes y la valiosa contribución al enriquecimiento de la historia geológica local. Las jornadas que incluyeron estas ponencias no solo han fortalecido los vínculos culturales y educativos sino que también subrayan la relevancia de Puertollano como un destino prominente para el turismo geológico y el estudio científico.
La conferencia y los descubrimientos presentados afianzan a Puertollano en el mapa global de lugares de interés para el entendimiento de la era de los grandes depredadores marinos, atrayendo tanto a visitantes como a investigadores deseosos de explorar este intrigante pasado.