Ayer, 30 de noviembre, Herencia se convirtió en el epicentro de la espiritualidad juvenil con la celebración de la XXV Marcha de Adviento de la Diócesis de Ciudad Real. Bajo el lema «Al menos, ámame tú», alrededor de 425 jóvenes procedentes de toda la provincia participaron en esta jornada de reflexión, fe y convivencia, que también conmemoró el 350.º aniversario de las apariciones del Sagrado Corazón de Jesús.
Una jornada cargada de significado
La marcha comenzó en el paraje natural Copa del Agua, donde los participantes fueron recibidos con una calurosa acogida y una oración inicial. A continuación, los jóvenes emprendieron el camino hacia el pueblo de Herencia, un recorrido cargado de simbolismo y reflexión.
Al mediodía, tuvo lugar un coloquio con Álvaro Quesada y Carla Restoy, quienes compartieron reflexiones sobre el lema de este año y la importancia del amor y la esperanza en el mundo actual. Este espacio permitió a los asistentes conectar con los valores cristianos y reforzar su compromiso con la fe.
Talleres, vigilia y momentos de comunidad
La tarde estuvo marcada por talleres organizados en diferentes puntos de la localidad, fomentando la integración de los participantes en el entorno y generando espacios de aprendizaje y convivencia. Al caer la noche, los jóvenes se reunieron para disfrutar de una cena ofrecida por la Parroquia de Herencia, con la colaboración especial de diferentes hermandades de pasión y gloria de la localidad, que se encargaron de su preparación.
El punto culminante de la jornada fue la vigilia, celebrada en la iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción y presidida por el obispo de la diócesis don Gerardo Melgar Viciosa. Este emotivo momento de oración y recogimiento fue acompañado por la oportunidad de participar en el sacramento de la reconciliación, guiados por sacerdotes de la diócesis. Al finalizar, se ofreció un chocolate caliente como despedida, cerrando la jornada con un cálido gesto de fraternidad.
Un mensaje de esperanza y compromiso
Desde la organización se destacó la importancia de acoger eventos como este que refuerzan los lazos comunitarios y fomentan valores esenciales entre la juventud. Además, la jornada fue un recordatorio del papel fundamental de los jóvenes en la construcción de un mundo más solidario y justo.
Desde la organización, agradecieron a todos los participantes, voluntarios y entidades colaboradoras, subrayando que esta marcha es un testimonio vivo de la fe y la esperanza que caracterizan al Adviento.
El evento no solo marcó un hito por ser la 25.ª edición, sino también por coincidir con el jubileo del Sagrado Corazón de Jesús, enfatizando el mensaje de amor divino y humano, como lo recoge la reciente encíclica del Papa Francisco, “Dilexit nos”.
Herencia, un punto de encuentro para la juventud diocesana
La XXV Marcha de Adviento no solo reforzó la espiritualidad de los asistentes, sino que convirtió a Herencia en un lugar de encuentro para jóvenes comprometidos con la fe y los valores cristianos. Con cada edición, esta iniciativa demuestra ser un pilar en el calendario diocesano, promoviendo la unidad y el compromiso en una etapa del año dedicada a la preparación y la esperanza.
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