En Cuenca, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha destacado el esfuerzo del sector de la harina para modernizarse y adaptarse a las nuevas tendencias de consumo. Según las autoridades, este sector no solo ofrece una amplia gama de harinas de trigo, sino también productos elaborados con otros cereales, con el apoyo del gobierno presidido por García-Page, consciente de la relevancia del sector en la región.
Desde 2015, las industrias de harina en Castilla-La Mancha han invertido 37 millones de euros para modernizar sus instalaciones, beneficiándose de más de ocho millones de euros a través de la línea FOCAL, un programa de ayuda económica. Durante una visita a la Panificadora Conquense Agrícola, el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Julián Martínez Lizán, destacó el avance del sector al convertirse en un modelo de innovación y referente europeo en la fabricación de harinas, gracias a su inversión en tecnologías avanzadas y esfuerzos por garantizar la seguridad alimentaria.
El consejero también enfatizó que estas industrias son cruciales para el desarrollo rural, no solo por los 40 empleos que generan, sino porque se sitúan cerca de las áreas de siembra, apoyando así a los agricultores locales y fomentando la actividad socioeconómica en los pueblos. El sector de las harinas en Castilla-La Mancha consta de 32 empresas, algunas integradas en grupos empresariales y otras, como la Panificadora Conquense Agrícola, de origen familiar, con casi 90 años de historia en Cuenca.
En cuanto al consumo, la industria del pan está evolucionando para adaptarse a las nuevas preferencias de los consumidores, superando el concepto tradicional del pan. Las empresas están desarrollando nuevos formatos e incorporando ingredientes innovadores y saludables. La creación de productos de panadería con harinas exóticas como las de coco o legumbres, y el uso de materias primas como la masa madre y granos ancestrales, representan una oportunidad prometedora para el crecimiento del mercado.
Además, el consejero subrayó el afán del sector por diferenciarse, ofreciendo productos con valor añadido y una imagen saludable. La industria del pan ahora integra ingredientes poco comunes en este tipo de productos, como el aceite de oliva, las aceitunas o el ajo, elementos profundamente ligados a la Dieta Mediterránea y característicos de la cultura local.