El proyecto Arraigo ha anunciado nuevos esfuerzos para enfrentar la despoblación en los municipios de Cuenca, enfocando su estrategia en atraer a perfiles internacionales dispuestos a trabajar en estas áreas rurales. Con la introducción de un agente especializado en la provincia, el programa busca suplir la falta de mano de obra en sectores clave. Durante un evento en la Diputación de Cuenca, se presentaron las novedades de esta iniciativa, que ya cuenta con la participación de 22 localidades, y se espera que más se sumen antes del 15 de enero.
Este esfuerzo por revitalizar las áreas rurales no solo se centra en el presente, sino también en el futuro. Para el 2025, Arraigo planea fomentar el emprendimiento, en colaboración con CEOE-Cepyme Cuenca, impulsando la reapertura de servicios esenciales como carnicerías y panaderías, que han desaparecido en algunos pueblos. Según Miguel Chavarría, director de Arraigo en la provincia, estas medidas buscan reforzar la economía local y mejorar el bienestar comunitario.
El equipo de Arraigo, compuesto por nueve técnicos, se dedicará a realizar reuniones informativas en diferentes regiones de Cuenca para informar sobre su trabajo y motivar a más pueblos a unirse al programa. Desde su inicio en Soria en 2017, Arraigo ha atraído a 58 familias a Cuenca solo en el último año, y se prevé la llegada de entre 35 y 40 familias adicionales en el próximo año. Sin embargo, Enrique Martínez, director nacional, considera que la cooperación de los alcaldes es crucial para el éxito de la iniciativa.
Cuenca presenta atractivas ventajas para los nuevos residentes, como una alta calidad de vida y viviendas más económicas. No obstante, la disponibilidad de vivienda sigue siendo un reto, y se están tomando medidas para mejorar esta situación. Paloma Jiménez, alcaldesa de Saelices, relató cómo su municipio ha dado la bienvenida a cuatro nuevas familias, revitalizando así servicios como la panadería gracias a un nuevo residente que dejó Barcelona.
Álvaro Martínez Chana, presidente de la Diputación, subrayó la importancia de Arraigo como un aliado en el combate contra la despoblación. Con la llegada de 138 personas gracias al proyecto y un presupuesto de 310.000 euros, gran parte financiado por la Diputación, se están logrando cambiar las tendencias demográficas. En el último año, se han sumado 589 habitantes al padrón de la provincia, y cerca de 2.500 en los últimos tres años, lo que brinda un optimismo renovado para el futuro de las comunidades rurales de Cuenca.