En un ambiente cargado de emoción y reconocimientos, la ciudad de Albacete conmemoró su Día de la Ciudad en el emblemático Teatro Circo, marcando el 649º aniversario desde que recibió el Privilegio de Villazgo en 1375 por el Marqués de Villena, momento en que se reconoció oficialmente a Albacete como villa. La celebración, que debía llevarse a cabo en noviembre pasado, fue aplazada como muestra de respeto y solidaridad con las víctimas de las devastadoras inundaciones que afectaron recientemente a las localidades de Letur, Miras y Valencia, encontrando finalmente su fecha el 8 de enero de 2025.
El evento congregó figuras destacadas del ámbito político, con la notable presencia del presidente de la Diputación, Santi Cabañero, y su vicepresidente Fran Valera, junto a otros miembros del gobierno y la corporación municipal. En sus discursos, la Diputación dejó patente su compromiso con el desarrollo sostenible y el reconocimiento de Albacete, enalteciendo a ciudadanos e instituciones que trabajan diariamente por el progreso y el bienestar de la comunidad local.
El acto incluyó momentos de homenaje y reconocimiento a diversas personalidades e instituciones. El Cuerpo Nacional de Policía fue galardonado en conmemoración de su bicentenario, destacándose su incansable dedicación y servicio al bienestar de la ciudadanía albaceteña. En el ámbito del deporte y la comunicación, Santi Denia, exjugador y actual seleccionador nacional sub-21, y Pedro Piqueras, renombrado periodista, fueron honrados como Hijos Predilectos de la Ciudad, un testimonio de los valores que ambos representan y que llenan de orgullo a los habitantes de Albacete.
Asimismo, se concedió a título póstumo la Medalla de Oro de la Ciudad a Manuel Pérez Castell, quien en vida se desempeñó como alcalde de Albacete, siendo recordado con cariño por su visión y contribuciones al desarrollo urbanístico y social de la ciudad. El evento fue presidido por el actual alcalde, Manuel Serrano, quien, junto a Cabañero, destacó la riqueza cultural, los valores compartidos y el patrimonio humano que caracterizan a Albacete.
La ceremonia exaltó no solo la historia y tradiciones de Albacete, sino que también se enfocó en el presente y futuro de la ciudad, constituyendo una afirmación firme de su identidad. Fue un evento que, más allá de recordar el pasado, subrayó la importancia de cada individuo que ha contribuido y continúa moldeando el destino de Albacete y su comunidad, instando a todos a seguir trabajando juntos por un futuro prometedor.
