El pequeño municipio de Torre de Juan Abad ha sido recientemente escenario de un impactante fenómeno natural que en cuestión de minutos transformó su apacible paisaje. Un tornado de magnitud extraordinaria irrumpió desde el noroeste de la localidad, generando pánico entre sus habitantes y dejando un rastro de devastación material.
En respuesta a esta emergencia, Miguel Ángel Valverde, presidente de la Diputación de Ciudad Real, se desplazó de inmediato al lugar del desastre. Acompañado por la diputada provincial Maribel Mansilla y la alcaldesa de Torre de Juan Abad, María Fresneda, Valverde observó con consternación las secuelas del tornado. «Es un auténtico milagro que no haya habido daños personales», afirmó, destacando la gravedad de los destrozos, donde objetos de más de 200 kilos fueron levantados y arrojados al aire sin esfuerzo aparente.
Desde que ocurrió el desastre, la Diputación ha puesto todos sus recursos a disposición del ayuntamiento local. Las brigadas del Servicio de Vías y Obras se encuentran trabajando intensamente en la remoción de escombros, mientras que los bomberos se ocupan de asegurar las estructuras afectadas para prevenir riesgos adicionales. Valverde reafirmó el compromiso de ofrecer apoyo a aquellos damnificados que no puedan recibir indemnizaciones o ayudas estatales, con el objetivo de restablecer la normalidad en Torre de Juan Abad lo más rápidamente posible.
La alcaldesa María Fresneda relató que el tornado golpeó el municipio a las 15:25 horas, causando serios daños en viviendas, negocios e infraestructuras públicas. A pesar de la magnitud de la destrucción, destacó positivamente que no se reportaran víctimas. Fresneda planea solicitar la declaración de zona catastrófica, lo cual facilitaría el acceso a mayores recursos para la reconstrucción. Además, apeló a la cooperación de las diferentes administraciones y anunció que el ayuntamiento destinará fondos para los residentes no asegurados que hayan sufrido pérdidas.
Tanto Valverde como Fresneda coincidieron en la urgencia de coordinar esfuerzos para asegurar la seguridad de la población y revertir los efectos de la tragedia, restaurando así la normalidad deseada por los ciudadanos de Torre de Juan Abad. Entre las ruinas y con una fuerte voluntad comunitaria, la localidad comienza su camino hacia la recuperación, enfrentando la adversidad con coraje y solidaridad.