La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), principal sindicato en la Mesa General de Función Pública de Castilla-La Mancha, ha levantado la voz ante la alarmante situación de los pacientes en el Servicio de Urgencias del Hospital Universitario de Toledo (HUT). Según ha comunicado la organización, los treinta boxes destinados a ofrecer atención a enfermos graves, diseñados para albergar una sola camilla, se encuentran actualmente saturados con dos camillas cada uno. Esta situación no solo compromete la calidad de atención, sino que exacerba los riesgos de seguridad laboral y afecta la dignidad y privacidad de los pacientes.
El desbordamiento de personas y material genera un ambiente caótico: cables, tubos de oxígeno, bolsas de residuos y pertenencias personales de los acompañantes invaden el reducido espacio del suelo, obligando a los trabajadores y pacientes a maniobrar con cuidado para evitar accidentes. Esta acumulación y falta de orden no es solo un inconveniente sino un peligro inminente, como lo advierte Miguel Ángel González, médico de Urgencias del HUT y delegado de CSIF Sanidad Toledo. González ha subrayado que cualquier manejo brusco puede desencadenar problemas críticos, especialmente con el oxígeno, un gas altamente inflamable.
La falta de espacio no solo impacta la seguridad física, sino también las condiciones de intimidad y dignidad humana. Con pacientes teniendo que realizar sus necesidades fisiológicas y cambiarse en proximidad uns de otros, la atención se aleja cada vez más del trato humanizado que tanto promueve el sistema sanitario. González resalta la inaceptabilidad de estas circunstancias, especialmente teniendo en cuenta que la duplicidad de los boxes, con camillas numeradas individualmente, ha dejado de ser una medida temporal para convertirse en una norma.
Este problema se verá probablemente agravado por el incremento de infecciones respiratorias agudas, que ya han deteriorado significativamente las condiciones de atención en urgencias. Además de las implicaciones físicas, la falta de privacidad acarrea posibles repercusiones legales, ya que las condiciones actuales incumplen la normativa que garantiza a los pacientes el derecho a una atención confidencial y sin intromisiones externas.
El CSIF ha reiterado enérgicamente que las actuales condiciones no son solo lamentables, sino potencialmente ilegales, recordando que los pacientes tienen derecho a una comunicación privada con el personal sanitario, lejos del alcance auditivo de otras personas. El sindicato exige medidas inmediatas para resolver esta crítica situación y devolver al Servicio de Urgencias a un estado que garantice tanto la seguridad como la dignidad de todos los implicados.