En el marco del juicio celebrado este miércoles en el Tribunal Superior de Justicia de Albacete, un antiguo profesor del conservatorio de Almansa se enfrentó a graves acusaciones de agresión sexual. Según los testimonios presentados, el incidente supuestamente ocurrió en octubre de 2022 y ha desatado una serie de declaraciones controversiales.
Durante su testimonio, el profesor admitió haber abrazado a la alumna, que en ese momento tenía 17 años, pero negó haberla tocado en el pecho. Defendió que sus acciones carecían de cualquier intención indebida, afirmando que abrazar y dar dos besos es una forma habitual de saludar a sus estudiantes, siempre con consentimiento. La Fiscalía, sin embargo, ha solicitado para él una pena significativa: 2 años y 6 meses de prisión, además de 5 años de libertad vigilada y 8 años de inhabilitación para trabajar con menores.
La joven, que era estudiante del acusado, aseguró que el profesor la abrazó y le tocó el pecho, excusándose luego al afirmar que «no se había podido controlar». Esta versión se complementa con relatos sobre anteriores comportamientos del profesor que provocaron incomodidad en la menor, tales como llamarla «guapa» repetidamente y pedirle fotos por redes sociales.
El acusado justificó su conducta en línea argumentando que utilizaba las redes para coordinar actividades extraescolares y seguir el progreso de sus alumnos. Precisó que preguntó por la falta de fotos en las redes sociales de la alumna y elogió su apariencia como maneras de incentivar su autoestima. No obstante, la Fiscalía desestimó estas justificaciones, argumentando que son las instituciones educativas las que proveen las fotografías necesarias y que no se recomienda que los docentes soliciten información personal a los estudiantes.
Por su parte, la defensa del profesor ha intentado desacreditar el testimonio de la alumna, sugiriendo que en un aula con ventana hacia una calle transitada, una agresión sería improbable. Además, el acusado reveló que el proceso judicial ha tenido un impacto negativo en su vida personal y profesional, llevándolo a recibir numerosas sesiones de terapia psicológica.
La Fiscalía, sin embargo, se sostiene en la consistencia del testimonio de la víctima, subrayando que el acusado alteró sus declaraciones desde el inicio del caso en Almansa, donde negó cualquier contacto físico con sus estudiantes. Aunque la defensa argumenta que dar abrazos o hacer cumplidos no son en sí actos ilegales, la Fiscalía estima que el relato de la víctima posee la coherencia suficiente para ser considerado válido y verdadero. El juicio ha quedado visto para sentencia, y se espera que el tribunal emita su fallo en las próximas semanas.