El Palacio de la Diputación de Ciudad Real se convirtió en el marco de un importante encuentro entre dos defensores del patrimonio alimentario de la región. Miguel Ángel Valverde, presidente de la Diputación, e Ismael Álvarez de Toledo, presidente de la Cofradía del Queso Manchego, se reunieron para discutir las diversas iniciativas que la cofradía lleva a cabo con el propósito de promover este icónico producto.
Desde su fundación en 1991, la Cofradía del Queso Manchego ha desempeñado un papel crucial en el reconocimiento y valorización de este símbolo agroalimentario de Ciudad Real. Durante el encuentro, Álvarez de Toledo presentó sus proyectos, destacando la organización de concursos de calidad a nivel regional, eventos conjuntos con cofradías internacionales y la promoción de rutas turísticas que exploran queserías y bodegas locales. Estas actividades van más allá del simple reconocimiento del queso; buscan también fomentar el turismo enogastronómico, integrando la degustación del queso manchego en experiencias que combinan cultura, gastronomía y naturaleza.
Valverde, acompañado por Adrián Fernández, vicepresidente cuarto, manifestó el interés de la Diputación en fortalecer los productos autóctonos. Subrayó la importancia de colaborar con entidades como la Cofradía del Queso Manchego para preservar y promover las tradiciones gastronómicas como una parte esencial del patrimonio cultural de la región.
Para aumentar la visibilidad del queso manchego, la cofradía también organiza conferencias, degustaciones y catas, y establece acuerdos estratégicos para apoyar a las queserías locales y a las bodegas de la Denominación de Origen. Este esforzado trabajo ha sido ampliamente elogiado por Valverde, quien reconoció la dedicación de la cofradía por más de tres décadas en promover un producto que es un emblema regional y una auténtica joya patrimonial.
Este encuentro destaca la importancia de unir esfuerzos entre instituciones y organizaciones para asegurarse de que las tradiciones y productos locales sean celebrados y preservados, contribuyendo así a la rica historia gastronómica de Ciudad Real y extendiendo su importancia a nivel tanto nacional como internacional.