Este año, la conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, cobra especial relevancia al cumplirse 30 años de la histórica Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Pekín. Este evento marcó un hito en el compromiso global con los derechos y el empoderamiento de las mujeres, impulsando desde entonces medidas en 189 países para combatir la desigualdad y la violencia de género.
Nuestra sociedad ha experimentado importantes avances hacia la igualdad de género. España se ha consolidado como uno de los países más progresistas en este ámbito, con Castilla-La Mancha destacándose como referente nacional. La región ha implementado leyes pioneras y cuenta con una red de recursos para mujeres que es ejemplo en Europa, luchando firmemente contra la violencia de género.
Gracias a políticas de igualdad transversales, Castilla-La Mancha ha reducido notablemente su tasa de paro femenino. La región apoya el emprendimiento femenino y fomenta la inclusión de mujeres en sectores tradicionalmente dominados por hombres, como la investigación y la agricultura. De hecho, es la segunda comunidad con más explotaciones agrícolas de titularidad compartida.
El compromiso de Castilla-La Mancha con una sociedad igualitaria sigue siendo firme. En 2025, la región planea introducir nuevas medidas para reducir la brecha salarial y trabajará en el III Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres 2027–2032. No obstante, a nivel global, la igualdad enfrenta desafíos por la creciente ola ultraconservadora que amenaza con desmantelar las políticas de igualdad.
Ante este panorama, es esencial reanudar la pedagogía sobre los beneficios de la igualdad, desmintiendo ideas erróneas y resaltando que una sociedad igualitaria beneficia a todos sus miembros. La igualdad implica que padres y madres tengan los mismos derechos para cuidar de sus hijos, que las niñas puedan aspirar a cualquier carrera sin limitaciones de género y que el sexo no determine las oportunidades profesionales o el reconocimiento social.
Es crucial educar a las nuevas generaciones en valores igualitarios, libres de estereotipos de género. Así, como hace 30 años en Pekín, debemos honrar los esfuerzos de las mujeres que han luchado por un mundo más justo, asegurando que los próximos 100 años traigan un progreso aún mayor hacia una sociedad plenamente igualitaria.