La Asociación para el Adecuado Uso del Agua (ACUADA) ha solicitado mediante una carta pública que los partidos políticos de Alcázar de San Juan y su comarca se posicionen en contra de las dos plantas de biometano que están previstas para su instalación en el término municipal de Campo de Criptana, en la provincia de Ciudad Real. La carta, dirigida a las entidades locales y regionales, alerta sobre las consecuencias negativas que este proyecto, impulsado por la empresa EUNECTES S.L., podría provocar en el medio ambiente, la cultura y el paisaje de la región.
La principal preocupación de ACUADA es la deficiencia en la transparencia y la falta de calidad del Estudio de Impacto Ambiental presentado, el cual no especifica detalles cruciales como la tecnología a utilizar, el tratamiento de gases contaminantes, el manejo de los purines y la prevención de posibles filtraciones hacia el acuífero 23 y el río Záncara, a tan solo 2,2 kilómetros de la futura planta. Con datos del piezómetro 04.04.217, se destaca que el nivel freático varía entre los 60 y 70 metros de profundidad, lo que sugiere un alto riesgo de contaminación subterránea en caso de que ocurran vertidos accidentales.
La carta enfatiza también el impacto que el proyecto tendría sobre áreas de gran valor ecológico y cultural. La planta podría poner en peligro al Lugar de Interés Geológico del complejo eólico pleistoceno-holoceno de Campo de Criptana, alterando la dinámica del viento y comprometiendo la integridad geomorfológica de las dunas. Estas formaciones, de gran valor científico y turístico, podrían verse dañadas, a pesar de que el estudio oficial minimiza su importancia, en contraste con los datos proporcionados por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME).
La actividad en esta ubicación también representa una amenaza para la producción vitivinícola de la zona, conocida por su Denominación de Origen La Mancha. En otras áreas como Valladolid o León, proyectos similares han sido rechazados por su potencial impacto negativo en la calidad del vino y los paisajes agrícolas.
Los efectos visuales y olfativos que la planta podría ocasionar también son motivo de preocupación. Desde iconos culturales como el Cerro de los Molinos, el nuevo complejo alteraría significativamente el paisaje. Además, los olores derivados del proceso de digestión anaerobia podrían expandirse a poblaciones cercanas, transportados por los vientos predominantes, especialmente en ciertas épocas del año.
Otro punto de conflicto es la ubicación de la planta sobre una vía pecuaria protegida, la vereda de Quintanar, que no ha sido desafectada, lo que implica implicaciones legales y medioambientales.
ACUADA ha dejado claro que no se opone al concepto de plantas de biogás, siempre y cuando estas cumplan con rigurosas garantías ambientales y se sitúen en localizaciones adecuadas, como proyectos de ciclo cerrado vinculados a explotaciones ganaderas. “No podemos permitir que un modelo industrial sin garantías ni transparencia se imponga sobre el interés general de la ciudadanía y el equilibrio medioambiental de la comarca”, declara la asociación.
En los próximos días, ACUADA planea solicitar un pronunciamiento formal de la Denominación de Origen La Mancha, alineándose con las posiciones adoptadas por otros consejos reguladores en el país. La situación plantea un reto para los partidos políticos locales, a quienes la ciudadanía ahora exige un compromiso público y claro.