Este pasado Sábado Santo, la ciudad de Puertollano fue escenario de uno de los momentos más emblemáticos y emotivos de la Semana Santa con la procesión de Nuestra Señora de la Soledad, organizada por la Cofradía de la Vera Cruz y Nuestra Señora de la Soledad. Este evento, colmado de simbolismo, evocó el dolor de María tras la muerte de Jesús y la esperanza cristiana en su resurrección.
La comitiva procesional fue encabezada por el alcalde de Puertollano, Miguel Ángel Ruiz, quien estuvo acompañado por varios miembros de su equipo de gobierno, entre ellos, los concejales Marian Martín Albo, José Antonio Barba y Juan Sebastián López. El recorrido comenzó en la Parroquia de la Asunción y transitó por las calles Hospital, Cuadro, Cruces, Plaza Villarreal, Calzada, Aduana, Santísimo y Cañerías, culminando en la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad, que es la sede canónica de la cofradía. La llegada de la imagen al templo generó gran expectativa entre los vecinos presentes.
La imagen de la Virgen, cuya autoría es anónima y que fue adquirida en Madrid en la década de los años 40, fue llevada en varal por los anderos. Acompañada únicamente por el solemne y conmovedor sonido de un tambor destemplado, la procesión se desarrolló en un ambiente de luto y recogimiento.
Con una historia que se remonta al siglo XVI, la Cofradía de la Vera Cruz y Nuestra Señora de la Soledad ha mantenido viva una tradición que ha perdurado a lo largo de las generaciones. Además de la Virgen de la Soledad, la cofradía custodia otras imágenes religiosas importantes, como Nuestro Padre Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén y Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna.
El Sábado Santo es un día marcado por la espera silenciosa entre la muerte y la resurrección de Jesús, y esta procesión se ha convertido en una manifestación anual de fe y esperanza en la víspera de la Pascua, fortaleciendo el sentido comunitario y espiritual entre los habitantes de Puertollano. Fotografías del evento, capturadas por Luis Miguel Becerra, ofrecen un testimonio visual de esta tradición profundamente arraigada en la cultura local.