El Balonmano Caserío de Ciudad Real ha logrado alcanzar un hito histórico al ascender a la Liga Asobal, la máxima categoría del balonmano español. Este logro significativo se produce quince años después de la fundación del club, tras derrotar al San Pablo Burgos por 31-27 en la final de la fase de ascenso. El triunfo desató una ola de celebraciones entre la afición y las autoridades, quienes han manifestado su orgullo y reconocimiento al equipo.
El alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, expresó su inmensa alegría tras el partido. Durante la ceremonia de entrega de la copa de campeón, Cañizares, junto al presidente de la Real Federación Española de Balonmano, Francisco Blázquez, entregó el trofeo a los capitanes del equipo, Pablo Campanario y Francisco Ruiz. El alcalde resaltó el arduo trabajo del equipo, el cuerpo técnico y la directiva. «Ciudad Real se merecía tener un equipo en Asobal», afirmó con emoción, destacando que este es solo el inicio de una nueva era para el balonmano en la ciudad.
El Quijote Arena se convirtió en el epicentro de las celebraciones, con más de 4.000 aficionados llenando las gradas y creando un ambiente festivo que culminó con la victoria del equipo local. En reconocimiento a este logro, el Ayuntamiento ha anunciado una recepción oficial para el equipo el lunes, con el fin de celebrar su ascenso junto a los ciudadanos.
Miguel Ángel Valverde, presidente de la Diputación de Ciudad Real, también estuvo presente para presenciar el histórico encuentro. Valverde felicitó a todos los involucrados en el éxito del equipo, subrayando que este ascenso es el resultado de un esfuerzo conjunto que tiene un impacto deportivo, social y económico en la provincia. «Este equipo lleva el nombre de Ciudad Real con honor y entrega», dijo orgulloso.
Desde la Junta de Comunidades, el vicepresidente segundo del Gobierno de Castilla-La Mancha, José Manuel Caballero, participó en las celebraciones reconociendo el esfuerzo del equipo y su impacto en la región. Caballero destacó la importancia de fomentar la práctica deportiva y la notoriedad que el balonmano ha alcanzado en la comunidad.
Tras el partido, en un gesto de unidad, los dirigentes políticos enviaron sus felicitaciones al club, al cuerpo técnico, a los jugadores y a la afición, augurando un futuro prometedor para el Balonmano Caserío y para la ciudad de Ciudad Real. Este ascenso no solo significa un logro deportivo, sino también un impulso para la comunidad y un motivo de orgullo regional.