El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha manifestado su intención de impulsar un ambicioso pacto nacional sobre la gestión del agua. Durante la ceremonia de entrega de los Premios Regionales de Medio Ambiente en Molina de Aragón, García-Page subrayó la importancia de colaboración en esta cuestión, priorizando no solo las necesidades de las personas, sino también las de la economía, la industria y el regadío.
Castilla-La Mancha se enfrenta al desafío de ceder grandes volúmenes de agua, a pesar de disponer de solo la mitad del regadío que beneficia a las zonas receptoras. El presidente puso en valor la eficiencia en la gestión del agua de regadío de la región, destacándola como una de las más avanzadas a nivel europeo.
En su intervención, García-Page también dirigió críticas a los líderes de las regiones del Levante, interrogándoles sobre su renuencia a solicitar el trasvase del Ebro, mientras persisten en sus demandas sobre el agua del Tajo. Aunque él no es partidario del trasvase del Ebro, señaló lo que considera un doble rasero en el debate hídrico.
En otro orden de anuncios, informó sobre una inversión de 130 millones de euros que será implementada durante junio para fortalecer el sector agrícola y ganadero, así como las industrias agroalimentarias y el desarrollo rural. Este financiamiento promueve las prácticas de cultivo sostenibles y la conservación de la biodiversidad.
Con motivo del 25 aniversario del Parque Natural del Alto Tajo, García-Page elogió su éxito en equilibrar crecimiento económico, turismo y sostenibilidad. Enfatizó la visión de convertir a Castilla-La Mancha en una «gran despensa energética».
Además, adelantó su propuesta de un estado con legislación armonizada en la próxima Conferencia de Presidentes en Barcelona. Expresó su confianza en que la región avanzará hacia un futuro ambientalmente sostenible a través de políticas claras y acciones efectivas, acompañado de miembros clave de su gobierno como las consejeras de Desarrollo Sostenible, Bienestar Social e Igualdad.