El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, expresó su descontento luego de la reciente XXVIII Conferencia de Presidentes en Barcelona, donde la financiación autonómica fue excluida de la agenda. En una rueda de prensa posterior, lamentó la falta de avance en este tema crucial, afirmando que la financiación no puede ser solo un punto de debate, sino una condición esencial para un diálogo efectivo.
García-Page, acompañado por miembros de su gobierno, admitió su «enorme decepción» tras la reunión. Aunque no esperaba acuerdos formales, confiaba en conclusiones constructivas. Criticó la falta de continuidad con el calendario acordado en la conferencia anterior en Santander, donde se prometió presentar un plan en tres meses.
El presidente describió la situación del país como un «rompecabezas roto», resultado de un ambiente polarizado que dificulta los consensos. Destacó que el debate político actual no muestra voluntad para acuerdos.
Abordó también el concepto de riqueza, enfatizando que esta es un activo nacional que no pertenece a ningún territorio específico. Subrayó la importancia de tratar a todos los españoles con igualdad económica y advirtió que las diferencias en la distribución de recursos fomentan divisiones. Insistió en que quienes poseen más deberían contribuir proporcionalmente más, y que la izquierda no puede permitir especulaciones sobre la igualdad.
Sobre financiación y vivienda, criticó la distribución desproporcionada de gastos que están asumiendo las comunidades autónomas. Calificó esto como una «política de yo invito y tú pagas», y lo consideró problemático para el bienestar del país.
La reunión de líderes autonómicos ha destacado la necesidad de un enfoque más eficaz y conciliador para abordar los desafíos políticos y económicos que enfrenta España.
