El emblemático Patio de Covarrubias de San Pedro Mártir se convirtió en el escenario del inicio de la Semana Grande de Toledo con la celebración del pregón del Corpus Christi 2025. En este acto solemne, los timbaleros del Ayuntamiento recibieron un emotivo homenaje al ser galardonados con la Tarasca de Honor, destacando su papel en la rica tradición local.
Antonio González Jerez, un periodista de renombre, tuvo la responsabilidad de pronunciar el pregón, ofreció una crónica personal basada en sus cuatro décadas de vivencias con la festividad. En su discurso, González Jerez resaltó la relevancia de los medios de comunicación en la transmisión de la cultura y tradiciones locales, convirtiendo su presentación en un sentido homenaje a la profesión periodística.
El evento contó con la presencia de importantes autoridades, entre ellas el alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, la vicealcaldesa Inés Cañizares y la presidenta de la Diputación de Toledo, Concepción Cedillo. También asistieron el arzobispo Francisco Cerro y miembros de la Corporación Municipal, quienes mostraron su apoyo a esta apertura de la celebración.
Durante su intervención, Velázquez expresó su agradecimiento a la Universidad de Castilla-La Mancha por prestar el espacio para el pregón por primera vez, y extendió su gratitud a todas las asociaciones y familias que han contribuido a hacer de esta festividad un evento memorable. En particular, destacó la colaboración de la Junta Pro Corpus, la Asociación Azucaica Teje, la familia Potenciano, y la Asociación de Patios de Toledo.
El alcalde invitó a todos los habitantes de Toledo a participar en las actividades programadas para la Semana Grande, poniendo especial énfasis en la apertura de 43 patios y la inclusión de espacios botánicos en el itinerario festivo. Prometió unas celebraciones que “merecen todo el cariño del mundo”.
La velada estuvo amenizada por el grupo musical Ad Libitum, que proporcionó un telón de fondo sonoro a una ceremonia cargada de tradición y significado. El pregón del Corpus Christi 2025 no solo marcó el inicio de la festividad, sino que también consolidó la identidad cultural de Toledo, celebrando a los cronistas de su historia y a quienes mantienen vivas sus tradiciones.
