La calle Juan Coto luce desde hace unos días un nuevo mural que ha captado la atención de vecinos y visitantes, consolidándose como un nuevo reclamo turístico. Se trata de una obra homenaje a una de las tradiciones más arraigadas en la localidad: la huerta herenciana, actividad que continúa siendo sustento para alrededor de 40 familias del municipio.
Este trabajo artístico ha sido realizado por el muralista Tomás Gutiérrez, natural de Tomelloso, y se enmarca dentro de las acciones de embellecimiento de espacios públicos impulsadas desde el Consejo Local de Urbanismo y Patrimonio del Ayuntamiento de Herencia. Un proyecto que ya ha dejado huella en la localidad con otros murales dedicados a la cultura y costumbres locales.
Con más de 25 metros de largo y cerca de 3 metros de altura, la obra recorre en una única mirada el ciclo completo de la agricultura local: desde los paisajes de la huerta hasta el mercado, pasando por la recolección de frutas y verduras, las herramientas tradicionales, el trabajo incansable de los hortelanos y la omnipresente gestión del agua, reflejada en pozos y canjilones.

El proceso de creación del mural se ha convertido en sí mismo en un acontecimiento comunitario. Gutiérrez ha ido desarrollando la obra a la vista de los transeúntes, generando gran expectación desde los primeros trazos de la cuadrícula base hasta la aplicación de color que poco a poco fue revelando escenas llenas de vida. «La temática ha emocionado a los vecinos y la técnica, poco convencional, ha despertado gran curiosidad», explicó el artista.
La concejala de Turismo y Patrimonio, María Eugenia Díaz-Pacheco Galán, destacó la dimensión identitaria del proyecto. “Este mural es un tributo a uno de los oficios más nuestros, al que se han dedicado y aún se dedican tantas personas. Desde 1999 trabajamos en la Asociación de Hortelanos, y actualmente son unas 40 familias las que siguen viviendo de esta labor en Herencia”.
El mural no solo representa una puesta en valor del patrimonio agrícola, sino que se convierte en una nueva parada obligada para quienes visitan el municipio, reforzando el vínculo entre arte, tradición y turismo local. Una expresión artística que contribuye, además, a dignificar el trabajo de generaciones de hortelanos herencianos y a recordar el papel esencial que la agricultura ha tenido —y sigue teniendo— en el desarrollo social y económico de la localidad.
