La ciudad de Toledo se convirtió en un mosaico de color y alegría al celebrar su tradicional Corpus Christi, reconocido como Fiesta de Interés Turístico Internacional. Miles de personas, tanto locales como visitantes, superaron las altas temperaturas para admirar la Custodia de Arfe en su majestuoso recorrido procesional.
Para combatir el calor, el Ayuntamiento de Toledo implementó puntos de distribución de agua, donde se repartieron 10.000 botellas en lugares clave como la Plaza del Ayuntamiento y la Plaza de Zocodover. Los asistentes, abanicos en mano, elogiaron el despliegue de colores del evento, mostrando su entusiasmo por ser parte de esta fiesta cultural y religiosa.
La celebración comenzó puntualmente a las 8:00 horas con el tradicional disparo de bombas reales, seguido por un desfile de gigantones y cabezudos, y la Tarasca. Una misa en rito hispano-mozárabe, presidida por el arzobispo de Toledo Francisco Cerro Chaves, precedió al momento culminante: la salida de la Custodia de Arfe por la Puerta Llana de la Catedral Primada.
El recorrido, adornado con toldos y tapices impregnados de aromas de cantueso, romero y tomillo, resonó con el sonido del himno nacional, cañonazos y el repiqueteo de campanas de la Catedral y demás iglesias. La Custodia, obra del maestro Enrique de Arfe, brilló bajo el sol, escoltada por cofradías, hermandades, niños de Primera Comunión y autoridades civiles y militares.
La procesión prosiguió hacia la Plaza Mayor, atravesando calles emblemáticas hasta llegar a la Plaza de Zocodover, donde la Custodia se detuvo bajo el Arco de la Sangre. En un ambiente de reverencia, los asistentes escucharon las palabras del arzobispo, seguidas del «Aleluya» de Haendel, generando aplausos y vítores. Finalmente, a las 12:45 horas, la Custodia inició su regreso al templo primado, culminando el evento con una parada militar.
Entre los asistentes, destacados representantes políticos, como el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y miembros de las Cortes y distintos partidos políticos, participaron junto a numerosas entidades. Un destacamento de cien personas de la Universidad de Castilla-La Mancha, liderado por el rector, se unió, al igual que el alcalde Carlos Velázquez y la presidenta de la Diputación, Conchi Cedillo.
