El Archivo de la Diputación de Ciudad Real ha revelado recientemente un sorprendente hallazgo: unas láminas de un monumento en homenaje a Miguel de Cervantes, proyectado en 1947 pero nunca realizado. Según indica el Diario Lanza de Ciudad Real, el descubrimiento fue casual, durante trabajos en los talleres de vías y obras de la Administración provincial.
Seis láminas, de un metro por sesenta cada una, fueron trazadas por el arquitecto albaceteño Rafael Fernández-Huidobro, quien llegó a ser director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid en los años 60. Manuel Ángel Gómez, jefe del servicio de mantenimiento, explicó que las planchas estaban colocadas como un falso techo, impidiendo su visualización durante años. Este material ha estado almacenado desde al menos 1986, junto a otros objetos que la Diputación conserva.
El hallazgo coincide con un momento histórico de relevancia, dado que en abril de 1947, la Comisión de Cultura del Centenario, patrocinada por la Diputación, organizó un concurso para arquitectos españoles con la intención de erigir un monumento en honor al célebre escritor. Con un presupuesto máximo de 750.000 pesetas, se planeó ubicar la obra en la actual plaza del Pilar.
De los proyectos participantes, solo dos llegaron a la etapa final: el de Emilio Pereda, cuyos planos se han conservado, y el de Fernández-Huidobro, que ha ganado relevancia tras este reciente descubrimiento. Las láminas muestran una fuente con un monolito central, adornado con escenas en relieve del Quijote y una gran escultura de Cervantes en la base. El arquitecto Diego Peris ha valorado este diseño, destacando su singularidad y capacidad de renovación arquitectónica.
El monumento, en su concepto original, mediría 10 metros y combinaría elementos de la arquitectura de la Ilustración y del movimiento expresionista europeo, reflejando la geometría distintiva de estos estilos.
El proyecto ganador del certamen presentaba una propuesta totalmente distinta: un complejo escultórico con un templo de columnas clásicas, creado por Enrique Pérez Comendador. Sin embargo, este tampoco se concretó. Las dificultades económicas de la posguerra en Ciudad Real, junto a otros obstáculos, impidieron que ambos proyectos se materializaran, a pesar de la creatividad y ambición que los caracterizaban.
