En un reciente acto empresarial celebrado en Cabanillas del Campo, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, recordó amargamente la insistente defensa del Partido Popular en relación al Almacén Temporal Centralizado de residuos nucleares en Villar de Cañas. García-Page calificó estas instalaciones como un «cementerio nuclear» y expresó su pesar sobre cómo la política, en torno a 2010, parecía haber «perdido el alma por completo».
Durante su intervención, García-Page destacó que aquella época estuvo marcada por recortes en derechos e industria, lo que provocó una preocupante pérdida de población en la región. En este contexto, se mostró crítico con la firme defensa del proyecto nuclear, sugiriendo que aún quedan muchas preguntas por resolver acerca del papel de Enresa, la empresa encargada de la gestión de residuos nucleares en España.
El presidente regional planteó la necesidad de investigar el uso de los fondos de Enresa, insinuando que un análisis detallado podría aclarar por qué Castilla-La Mancha fue la única comunidad interesada en albergar un proyecto tan polémico. Además, García-Page hizo referencia a la conexión documentada de Enresa con Villarejo, señalando que este vínculo debe ser esclarecido para comprender mejor las decisiones tomadas en aquel momento.
Las declaraciones del presidente buscan arrojar luz sobre un capítulo oscuro en la historia de la región, en el que las decisiones políticas generaron profundos debates y controversias que aún resuenan en la actualidad.