Pedro Sánchez, secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, ha confirmado su intención de continuar liderando el partido en medio de una profunda crisis. La tormenta se desató tras la implicación de sus dos últimos secretarios de Organización, Santos Cerdán y José Luis Ábalos, en un supuesto caso de corrupción. El panorama empeoró cuando Cerdán fue encarcelado de manera preventiva el pasado lunes, lo que incrementó la presión sobre la cúpula del partido.
En su discurso durante el Comité Federal, Sánchez describió sus sentimientos de traición, aunque evitó mencionar directamente a Cerdán y Ábalos. Enfatizó que su permanencia al frente del PSOE responde a un sentido de «responsabilidad» y manifestó estar preparado para enfrentar los desafíos. «Comparezco ante vosotros, evidentemente con el corazón tocado, pero también con la determinación intacta, y con las mismas ganas de plantar cara a la adversidad, y de volver a superarla», declaró el líder socialista.
Sánchez insistió en que el partido no esquivará la crisis actual y está decidido a asumir el control de la situación. «Vamos a hacernos cargo de la situación, como siempre hemos hecho. Y vamos a derrotar a la corrupción, tanto dentro como fuera de nuestra organización», afirmó, enviando un mensaje de firmeza y compromiso. Las estrategias para manejar esta situación serán debatidas y oficializadas durante el Comité Federal, buscando reforzar la unidad del partido en estos momentos turbulentos.