La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha emitido una alerta sobre la situación crítica que atraviesa el Servicio de Urgencias del Hospital General Universitario de Ciudad Real. Según la organización sindical, el centro se encuentra totalmente desbordado debido a la enorme presión asistencial, al haber atendido a más de 700 pacientes en los últimos días.
Para hacer frente a esta situación, se ha tomado la medida de utilizar los pasillos como áreas de atención, lo que complica gravemente la organización del trabajo y la atención sanitaria. Estos espacios no están diseñados para la monitorización, ni cuentan con acceso a oxígeno o la conexión de equipos médicos, lo que genera serios problemas de seguridad además de una falta de intimidad y dignidad para los pacientes.
Los tiempos de espera en el servicio también han sido alarmantes. Los pacientes esperan más de treinta minutos solo para llegar al triaje, y en algunos casos han esperado más de cinco horas para recibir atención médica. Ana Isabel Fernández, presidenta de CSIF Sanidad Castilla-La Mancha, ha descrito la situación que viven los profesionales de la salud como desesperante. August ha sido particularmente difícil, con días en los que la cifra de pacientes atendidos superó los 500, pese a contar con una plantilla que se considera insuficiente. «No tienen tiempo ni de comer ni de ir al baño, está siendo infrahumano. Todas las categorías están sufriendo una enorme impotencia al no poder atender a los pacientes como es debido», ha afirmado Fernández.
La falta de profesionales, debido a las restricciones en la contratación de nuevos trabajadores, se señala como la causa principal de esta situación crítica. Los facultativos están viéndose obligados a realizar más turnos de los que les corresponden debido a que no se están cubriendo las bajas, vacantes ni vacaciones. Este problema se ve agravado por el colapso de la Atención Primaria, lo que ha provocado un aumento de pacientes que acuden directamente a Urgencias en lugar de sus centros de salud habituales, especialmente durante el incremento de población en las zonas vacacionales.
CSIF ha criticado la falta de previsión por parte del hospital y ha señalado que los recortes en personal que aún persisten están afectando gravemente la calidad de la atención sanitaria. Esto ha resultado en una carga laboral que se torna insostenible para los profesionales que permanecen en el Servicio de Urgencias.