El consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Sanz, ha enfatizado la crucial necesidad de que cualquier cambio en el Sistema Nacional de Salud (SNS) venga respaldado por una adecuada financiación estatal para las comunidades autónomas. Estas manifestaciones tuvieron lugar durante su intervención en un curso de verano organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, bajo el título ‘Encuentro sobre políticas sanitarias y estado de las Autonomías’.
Durante este evento, Fernández Sanz compartió espacio con otros responsables de sanidad de distintas comunidades, como Fátima Matute de Madrid, María Martín de La Rioja y Marciano Gómez de la Comunidad Valenciana. En su discurso, Fernández Sanz rememoró la desagregación del SNS ocurrida en 2002, cuando las competencias sanitarias fueron transferidas a las comunidades autónomas. Según él, el sistema actual se enfrenta a grandes retos, describiéndolo como un sistema «casi muriendo de éxito», lo cual subraya la necesidad de tratar lo relativo a su financiación y sostenibilidad.
El consejero castellanomanchego argumentó que estos aspectos están conectados con otros puntos críticos: los recursos humanos, el gasto farmacéutico, la cartera de servicios y la salud pública. A pesar de calificar el SNS como «fantástico» con sus 17 motores diferentes, destacó la importancia de consolidar las estructuras existentes. Propuso una transformación basada en la cogobernanza y la innovación, con un mayor enfoque en la salud que en la sanidad.
Fernández Sanz hizo hincapié en que las políticas de prevención y promoción de la salud deben priorizarse y abogó por la despolitización de la sanidad. Asimismo, reclamó mayor transparencia en la información utilizada para la gestión sanitaria y sugirió la implementación de sistemas de información que permitan una toma de decisiones más eficaz.
