La Cooperativa Nuestra Señora del Egido, situada en la Puebla de Almoradiel, Toledo, se prepara para dar un salto significativo en su crecimiento y alcance. Con la mirada puesta en la expansión internacional, la cooperativa planea abrirse a nuevos mercados, incluyendo países africanos. En un esfuerzo por adaptarse a las demandas cambiantes del consumidor, están listos para lanzar su tienda online en verano, lo que marcará otro hito en su evolución.
Actualmente, la cooperativa cuenta con cerca de 500 socios, entre los cuales aproximadamente la mitad son mujeres. Administran unas 15.000 hectáreas y han logrado incrementar significativamente su producción, alcanzando entre 30 y 35 millones de kilos de uva, el mayor volumen de cosecha en la última década.
Beatriz Sepúlveda, presidenta gerente de la cooperativa, ha enfatizado su compromiso con la innovación y la incorporación de nuevas tecnologías en la elaboración de sus vinos. Tanto los vinos a granel como los embotellados están experimentando un creciente reconocimiento en el sector. Respecto al mercado africano, Sepúlveda señala que es una oportunidad atractiva, ya que los consumidores de la región valoran la calidad y la metodología de elaboración.
En cuanto a la diversificación de su oferta, la cooperativa está atenta a la demanda creciente de vinos sin alcohol y sin azúcar. Aunque por el momento están evaluando el interés, no descartan introducir estas opciones en el futuro. La tienda online brindará una plataforma adicional para la comercialización de sus vinos y podría incluir aceite de oliva de una almazara asociada.
Desde sus inicios, cuando producían solo dos variedades de vino, Airén y Pámpana Blanca, han expandido su gama para incluir Chardonnay, Sauvignon Blanc, Cabernet Sauvignon, Tempranillo, entre otros. Destaca el Pedro Ximénez, galardonado con la Medalla de Oro de la Denominación de Origen Mancha, conocido por su sabor fresco y no por ser un vino dulce.
El Tempranillo y el Airén son también populares, con el Ruta 14 Tempranillo 2024 recibiendo el reconocimiento en los premios Gran Selección Campo y Alma. Según el enólogo José Miguel Carrasco, este vino es suave, aterciopelado y con un matiz frutal, con una producción de 10.000 botellas para el consumo local.
La cooperativa se distingue por el enfoque tradicional de muchos de sus socios, quienes priorizan la calidad sobre el rendimiento. Esta filosofía permite una selección cuidadosa de viñedos con características únicas, reflejada en la excelencia de sus vinos.
