El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha manifestado su inquietud por el actual estado de la política en España, describiéndolo como un «barrizal premeditado» que desvía la atención de los problemas esenciales del país. Durante la inauguración del Instituto Regional de Seguridad y Salud Laboral en Toledo, García-Page denunció la tendencia a centrar las discusiones políticas en la búsqueda de culpables, evitando así el debate constructivo que se necesita.
García-Page criticó el enfoque mediático en torno a las figuras implicadas en casos de corrupción, afirmando que esto contribuye al «barro o fango» del debate político. A su parecer, las recientes protestas propalestinas que provocaron la cancelación de la última etapa de la Vuelta Ciclista en Madrid ejemplifican cómo las tensiones sociales convierten discusiones serias en polémicas estancadas.
Mostrando su preocupación por el aumento de la violencia y el sufrimiento en Gaza, García-Page calificó la situación como una «atrocidad». Sin embargo, advirtió que no se debe permitir que esta tragedia humana sea utilizada para fomentar confrontaciones políticas en España.
El líder autonómico expresó que la percepción general de desesperanza en la política nacional está creciendo, a pesar de los esfuerzos que se realizan desde las instituciones regionales para mantener la moral en un escenario desalentador. Según García-Page, la falta de soluciones efectivas está propiciando un hartazgo social que podría favorecer a fuerzas políticas que amenazan con desmantelar el modelo de convivencia actual en el país.
En su discurso, García-Page reafirmó su compromiso de seguir trabajando para encontrar soluciones, a pesar de las dificultades, y exigió que los políticos asuman sus responsabilidades. Cerró su intervención llamando a la acción y la responsabilidad como caminos para superar el actual clima de confrontación.