La primera quincena del mes de septiembre ha traído consigo la revelación de un hallazgo paleontológico de gran envergadura en Cerro Arenoso, Carrascosa del Campo. En esta región se han descubierto cerca de doscientos fósiles de mamíferos de más de 30 millones de años. Este descubrimiento proporciona claves esenciales para desentrañar la crisis climática y el enfriamiento planetario sucedidos en aquella época, un periodo crítico en la historia evolutiva de la Tierra.
Las recientes excavaciones se han centrado en estratos del Oligoceno inferior, una era que marcó un cambio climático significativo, donde antiguos climas tropicales y verdes bosques dieron paso a paisajes más abiertos debido a la formación de los casquetes polares antárticos. Este cambio provocó una revolución ecológica: muchos grupos de mamíferos desaparecieron, mientras que otros, antecesores de ciervos, jirafas y bóvidos, comenzaron a prosperar.
El Cerro Arenoso, fechado entre 29 y 31 millones de años, guarda un registro valioso de esta metamorfosis. Destacan los fósiles de los últimos Dichobunidae, artiodáctilos primitivos, junto con algunos de los primeros ejemplares de familias actuales. Fernando Blanco, codirector de las excavaciones e investigador en la Estación Biológica de Doñana, resalta que el sitio, descubierto originalmente en 1969 durante las obras del acueducto Tajo-Segura, ha recobrado interés en años recientes.
Blanco subraya que el yacimiento ofrece una ventana no solo a cambios locales, sino a una transición ecológica a escala global, influida por la formación de cordilleras como los Himalayas y los Alpes. Hace alrededor de 33 millones de años, la fauna comenzó a enfriarse, lo que llevó a la desaparición de especies arcaicas y al surgimiento de grupos modernos como ciervos, rinocerontes y jirafas.
En la actual campaña se han recuperado cerca de 200 fósiles, triplicando hallazgos previos. Entre ellos se encuentra un pariente diminuto de los rinocerontes, ‘Eggysodon’, y dientes de carnívoros como los nimrávidos, los históricos tigres de dientes de sable. El hallazgo de dientes de cocodrilo y placas de tortuga sugiere masas de agua permanentes en la región. Ignacio Aguilar Lazagabaster, codirector en el CENIEH, añade que la fauna comprendía una gran diversidad de perisodáctilos y carnívoros.
Cerro Arenoso no solo es clave para comprender el cambio climático del pasado, sino que también ofrece pistas sobre posibles futuros escenarios ambientales. Las excavaciones han ido acompañadas de actividades divulgativas con una buena acogida en la comunidad local, que muestra un renovado interés en el yacimiento y espera que continúen las investigaciones.
El Ayuntamiento de Campos del Paraíso ha apoyado activamente, brindando alojamiento al equipo de paleontólogos. El alcalde, Paco del Saz, ha expresado su deseo de establecer una sala de exposiciones para mostrar los hallazgos, atrayendo turismo rural y enriqueciendo la oferta cultural de la región.