Cooperativas Agro-alimentarias de Castilla-La Mancha ha anunciado una notable disminución en la producción de la vendimia de este año, principalmente debido a las extremas temperaturas registradas en agosto. Este calor ha afectado significativamente a los viñedos de la región, alterando las expectativas positivas que se habían establecido en julio.
Durante una reunión de la Comisión Sectorial Vitivinícola en Mota del Cuervo, se revisaron las previsiones iniciales de una cosecha superior a la del año anterior. Sin embargo, tras la ola de calor, las estimaciones se ajustaron, calculando ahora que la cosecha de 2025 alcanzará alrededor de 18,5 millones de hectolitros de vino y mosto, reflejando disponibilidades más limitadas que la campaña anterior.
El inicio del año había sido prometedor, con una primavera húmeda y un comienzo de verano caluroso. Sin embargo, en agosto, las temperaturas extremas excedieron los 40 grados, causando una deshidratación significativa en las superficies vitícolas y reduciendo tanto el peso como el número de racimos recolectados.
La reducción esperada en la producción es alarmante. De los 22,7 millones de hectolitros cosechados en 2024, Castilla-La Mancha podría ver una disminución de hasta un 18%, lo que supone más de 4 millones de hectolitros menos de vino y mosto. Con la recolección de la variedad blanca Airén ya en curso, la región podría representar el 58% de la producción nacional en un año en que España no alcanzaría los 32 millones de hectolitros, marcando posiblemente la menor cosecha del siglo en el país.
A nivel europeo, se anticipa una producción igualmente baja, entre 145 y 146 millones de hectolitros. En el hemisferio sur, la expectativa es de una cosecha media-baja de unos 48 millones de hectolitros, lo que llevaría la producción vitivinícola global a mantenerse similar al año anterior, que fue de 228 millones de hectolitros, continuando con una tendencia de las cosechas más bajas del siglo XXI.
