En medio de un ambiente político caliente en Castilla-La Mancha, el secretario de Formación del PSOE regional, Sergio García-Navas, ha lanzado serias acusaciones contra los partidos de la oposición, intensificando la ya tensa situación política. Durante una conferencia de prensa realizada en la sede del PSOE regional, García-Navas criticó al presidente regional del Partido Popular (PP), Paco Núñez, por presuntamente haber cobrado dietas de kilometraje pese a disponer de un coche oficial. Al mismo tiempo, lanzó duras acusaciones contra Vox por desviar fondos directamente a Santiago Abascal, su líder nacional.
El argumento de García-Navas se encuentra respaldado por un informe del diario El País, que señala que Vox tiene la obligación de devolver un total de 34.345 euros a las Cortes de Castilla-La Mancha. Según el informe del interventor de la institución, se descubrió una transferencia irregular de fondos desde el grupo parlamentario de Vox en la región hacia la central del partido en Madrid.
En su intervención, García-Navas no contuvo su descontento, afirmando: «Y eso que están en la oposición, qué no harían si estuvieran en el gobierno». Utilizando calificativos duros, definió a Núñez y al presidente de Vox en la región, David Moreno, como «la voz de sus amos», mientras destacaba la integridad del líder regional del PSOE, Emiliano García-Page.
El secretario del PSOE también exhortó a Núñez y Moreno a centrarse en los problemas que afectan a Castilla-La Mancha, poniendo el interés regional por encima de las disputas partidistas. García-Navas subrayó que este tipo de prácticas no son exclusivas de Castilla-La Mancha, mencionando casos similares reportados contra Vox en las Islas Baleares.
Por último, García-Navas exigió la dimisión de Moreno, acusándolo de mentir y de negar los hechos ahora descubiertos. Instó a Núñez a tomar medidas severas contra los miembros implicados de Vox o enfrentar la crítica por permitir conductas inapropiadas dentro del partido. El secretario socialista enfatizó la necesidad de que los líderes de derecha y ultraderecha, que mantienen alianzas en distintos niveles de gobierno, asuman la responsabilidad de sus acciones y, cuando sea necesario, presenten sus dimisiones.





