En muchas ciudades, las palomas han pasado de ser parte del paisaje urbano a convertirse en un auténtico quebradero de cabeza. Los residentes de zonas urbanas enfrentan suciedad constante en terrazas y balcones, restos de nidos en persianas y aparatos de aire acondicionado, y ruidos desde primera hora de la mañana. A pesar de las molestias, es importante recordar que las palomas son animales protegidos, lo que impide el uso de métodos crueles o dañinos para ahuyentarlas, como venenos o trampas.
Afortunadamente, existen formas eficaces de reducir la presencia de palomas sin transgredir las leyes de protección animal. Estas estrategias se centran en modificar el entorno para que la propiedad deje de ser atractiva para ellas, sin causarles daño.
Cada municipio tiene sus ordenanzas específicas sobre cómo manejar la presencia de estas aves, pero en términos generales, se desaconseja el uso de venenos, trampas y superficies adherentes. Además, destruir nidos con crías solo puede hacerlo el ayuntamiento o una empresa autorizada, según la normativa local. También está prohibido alimentar a las palomas, ya que incentivaría su proliferación.
Por otro lado, se pueden llevar a cabo acciones como modificar espacio del hogar para hacer incómodos los puntos de anidación; mantener una limpieza constante de restos y excrementos; y pedir ayuda profesional cuando la situación se desborda. La clave es cortar las fuentes de alimento y refugio.
El primer paso es evitar dejar comida a su alcance, como migas, restos de pan o pienso de mascotas, y mantener limpio el cubo de basura en el exterior. Si se tienen huertos urbanos o macetas, es crucial asegurarse de que no haya fruta podrida ni restos de alimentos que puedan atraerlas.
Para proteger los puntos de anidación, es recomendable revisar huecos accesibles en la fachada y, si no hay huevos o crías, retirar restos de nidos. Para prevenir futuros asentamientos, se pueden instalar rejillas, paneles o tapas desmontables. En el caso de aparatos de aire acondicionado, se pueden considerar protecciones específicas.
Hacer el balcón un lugar incómodo para las palomas es otra táctica efectiva. Se pueden instalar superficies inestables, como muelles o listones finos, así como usar objetos reflectantes o en movimiento, como cintas, CDs o molinos de viento. También es útil incorporar campanillas o colgantes sonoros para generar un ambiente ligeramente impredecible.
Finalmente, el paso fundamental es conservar la limpieza y proteger la salud personal. Los excrementos son corrosivos y pueden albergar microorganismos, por lo que se aconseja usar guantes y mascarilla durante la limpieza, además de agua caliente y desinfectantes apropiados.
Cuando la situación se escapa de las manos, la ayuda profesional es imprescindible, sobre todo si hay gran cantidad de aves, nidos y excrementos que no se puedan manejar. En esos casos, se debe avisar a la comunidad de propietarios o al ayuntamiento, o considerar la contratación de una empresa especializada.
La adopción de estas medidas no solo ayudará a controlar la presencia de palomas, sino que también garantizaremos el bienestar animal, logrando recuperar el espacio exterior del hogar sin enemistar a la fauna urbana.

















