El salón de actos del Ayuntamiento de Puertollano se llenó de entusiasmo y orgullo este jueves, cuando el alcalde Miguel Ángel Ruiz presidió la ceremonia de entrega de premios de la tercera edición del concurso de dibujo «Día del Minero». Esta actividad, organizada por el periódico digital La Voz de Puertollano, reunió a más de 800 escolares de diversos centros educativos de la ciudad, quienes participaron con sus creativas obras.
El acto, que también contó con la presencia de la concejal de Educación, Marian Martín-Albo, y del delegado de Sanidad de la Junta de Comunidades, Francisco José García, destacó por el reconocimiento al talento y esfuerzo de los jóvenes participantes. Las ganadoras de esta edición fueron Jimena Ruiz Guerrero, del Colegio Salesianos, Aitana de Gracia Amador, del Colegio Ángel Andrade y Noa Orrios Chicharro, del Colegio Miguel de Unamuno.
El alcalde Ruiz, durante su intervención, subrayó la importancia cultural y emocional del Día de Santa Bárbara, considerada la patrona de los mineros, y su particular relevancia para una localidad con una profunda tradición minera como Puertollano. «Santa Bárbara está íntimamente ligada a nuestra historia y a la identidad de tantas familias que durante generaciones trabajaron en las minas de Puertollano», afirmó emocionado.
Ruiz alabó la calidad de los trabajos presentados, destacando la sensibilidad y el cariño con el que los niños reflejaron la historia minera de la ciudad: «Eso nos llena de orgullo a todos los que llevamos esta ciudad en el corazón». Extendió su agradecimiento a las familias y docentes, así como al periódico La Voz de Puertollano, por su apoyo y fomento de una actividad que «une cultura, educación y memoria».
El alcalde aprovechó la ocasión para recordar que este Día de Santa Bárbara se celebra en un año especial, pues coincide con el centenario de la proclamación de Puertollano como ciudad por el rey Alfonso XIII. «Hasta entonces éramos una villa, y hoy celebramos cien años de crecimiento, trabajo y orgullo colectivo», señaló.
La ceremonia culminó con un emotivo homenaje a todas aquellas personas que trabajaron en las minas y contribuyeron al desarrollo de la ciudad, dejando en la memoria colectiva de Puertollano un legado imborrable. Así, el evento no solo recompensó el talento de los escolares, sino que también sirvió de conmovedor recordatorio del impacto de la minería en la comunidad local.


















