Toledo, 10 de diciembre de 2025.- El Gobierno regional liderado por Emiliano García-Page ha dado un paso más en su labor de preservar y reconocer el patrimonio cultural de Castilla-La Mancha, esta vez, al otorgar el título de Bien de Interés Cultural, en la categoría de Bien Inmaterial, a la Fiesta de las Paces de Villarta de San Juan, en la provincia de Ciudad Real.
La consejera portavoz, Esther Padilla, destacó el carácter singular de esta celebración que fusiona elementos populares y religiosos en honor a la Virgen de la Paz. Este acontecimiento, que se lleva a cabo del 23 al 26 de enero, es una tradición profundamente arraigada que ha sabido mantener su esencia a lo largo de los siglos. «Es una celebración única que mezcla devoción, tradición y pólvora», explicó Padilla haciendo hincapié en su valor cultural.
Durante los días que dura la fiesta, los habitantes de Villarta de San Juan se congregan en varios puntos clave del municipio. Estos incluyen la emblemática hoguera en la noche del 23 de enero, situada en la plaza de la ermita, así como en eventos como la ofrenda floral y la procesión. No obstante, lo que realmente distingue a esta celebración es el espectacular uso de cohetes y pólvora, que actúan como símbolos de agradecimiento y petición.
Un elemento destacado es la participación de alrededor de treinta peñas que lanzan cerca de 200.000 cohetes durante la procesión. El clímax de esta tradición explosiva tiene lugar en el mirador de la Iglesia de Santa María La Mayor, donde se lleva a cabo la conocida «Operación 2.000», un evento durante el cual se disparan 2.000 docenas de cohetes en el breve lapso de un minuto, creando un espectáculo impresionante.
Esta fiesta tiene sus raíces en el siglo XIV, como conmemoración de la paz alcanzada entre Enrique de Trastámara y Pedro I el Cruel. Ya fue reconocida como Fiesta de Interés Turístico Regional en 1994, y ahora con este nuevo reconocimiento, se asegura aún más su preservación y promoción dentro y fuera de la región.
La declaración de la Fiesta de las Paces como Bien de Interés Cultural no solo refuerza la identidad cultural de Villarta de San Juan y su entorno, sino que también promueve el turismo y reafirma el compromiso del gobierno con la conservación de las tradiciones que enriquecen el legado histórico de Castilla-La Mancha.


















